Putin deja el topless
El calendario oficial del Kremlin, que hace furor en Japón, vende para 2020 aun líder ruso menos macho y más estadista
En Rusia, no acaba un año y empieza otro sin el lanzamiento del calendario con fotografías del omnipotente presidente. Es así desde 2017, cuando ... el Kremlin autorizó la tirada del primer almanaque de pared con imágenes de un líder que aparecía robusto e intrépido, por tierra, mar y aire. En enero, Vladímir Putin cosmonauta -escafandra espacial incluida-; en abril, Vladímir Putin submarinista; por junio, Vladímir Putin 'cowboy' de mediodía; en octubre, Vladímir Putin pescador de criaturas enormes; en diciembre, Vladímir Putin, listo para despegar a bordo de un ala delta a motor. Ni la 'Barbie' en sus mejores tiempos.
No satisfecho con una única versión del presidente de la federación caucásica-que se sirvió en un acabado de lo más 'kitsch'-, el 'aparato' ruso autorizó otras tres versiones del calendario. Esta vez más al estilo 'pirelli'. En enero, un Vladímir Putin centauro, cabalgando a pecho descubierto; en marzo, un Vladímir Putin armado haciendo pruebas de tiro; en mayo, un Vladímir Putin de nuevo sin camisa abriéndose camino entre el follaje; en julio, un Vladímir Putin en vaqueros y camisa estudiadamente desabrochada con un San Bernardo en brazos; en septiembre, un Vladímir Putin con gafas roqueras y otra vez en 'topless' entregado al sol sin fuelle del sur de Siberia; en noviembre, un Vladímir Putin juguetón con un leopardo de Amur -una especie prácticamente extinta- en su lecho. Imposible no recordar alguna de aquellas provocadoras (e hilarantes) instantáneas, que recorrieron el planeta como la pólvora.
Envalentonado con la buena acogida de la iniciativa -especialmente en Japón, donde los almanaques se agotan a los pocos días de ponerse a la venta-, la propaganda del Kremlin se ha redoblado en los últimos años. Hasta el punto de que en 2019 dio luz verde a la impresión de nada menos que once calendarios distintos de pared -cinco más que el año anterior-, más uno de mesa, en los que ha seguido fomentando la imagen del exdirector del KGB como modelo de masculinidad y atleta consumado. A saber, para San Fermín, un Vladímir Putin a lo ángel del infierno, a lomos de una Harley Davidson; para la vuelta al cole, un Vladímir Putin cinturón negro de kárate, derribando a un opositor sobre el tatami; por Todos los Santos, un Vladímir Putin cercano y juvenil en camiseta y 'bomber' de cuero negro; y en el último enero, un Vladímir Putin epifánico y desnudo de cintura para arriba sumergiéndose en las heladas aguas del lago Seliger, rodeado de sumos sacerdotes ortodoxos. Ha sido su último regalo de piel al mundo.
A sus 67 años, el sucesor de Boris Yeltsin ya no parece tan sobrado de testosterona y sí necesitado de un aura de venerabilidad y majestuosidad. Eso es justo lo que parece querer transmitir su almanaque de 2020, que acaba de salir a la venta en una web dedicada específicamente a la distribución de este producto, y en cuya portada aparece un Vladímir Putin abrigado y regordete, con cara de bonachón y en actitud inofensiva sujetando un paraguas. Ni rastro alguno de aquel macho que cabalgaba por la taiga con los pechos al aire y un cuchillo en el cinturón.
Victorias diplomáticas
Más serio y tapado, el mandatario ruso se proyecta al mundo como un gran estadista, artífice de grandes victorias diplomáticas y económicas. Para el invierno y el verano que viene toca un Vladímir Putin 'colegueando' con Angela Merkel, Emmanuel Macron y Donald Trump, a quienes logró meter en el ajo de un lucrativo acuerdo comercial relativo al tendido de gas natural Nord Stream 2. Para la primavera, un Vladímir Putin tuteando al príncipe heredero saudita, Mohammed bin Salman, quien recientemente ha sucumbido a la presión del jefe del Kremlin para que le compre el sistema de defensa antimisiles S-400. En el otoño de 2020, Vladímir Putin trasladando en su limusina al presidente egipcio, Abdel Fatah al-Sissi, quien a principios de año accedió a firmar un acuerdo por valor de 1.700 millones de euros para comprar a Rusia una veintena de aviones de combate S-35. Solo en agosto, se descorbata para examinar una planta en plena naturaleza.
El nuevo almanaque viene esta vez en seis versiones. Una de ellas, íntegramente perruna. Ya sabe, si anda apurado de ideas para Navidad o el pasado Black Friday se quedó a oscuras, por algo más de 15 euros puede regalar doce meses, doce Putins.
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