La fuerte demanda encarece la vivienda en Castro entre un 15 y un 20% «en seis meses»

El representante de la inmobiliaria de la localidad costera tiene claro que este incremento en la demanda está directamente relacionado con la pandemia del coronavirus y sus consecuencias. Los posibles compradores son en un «90% vizcaínos» que quieren escapar de las ciudades para quedarse a vivir en Castro. «No buscan residencias de veraneo. Son muy selectivos», insiste Chema. Lo que muchos quieren es una casa que sea al mismo tiempo primera y segunda residencia, con la que no haya problemas para disfrutar por las restricciones y los cierres perimetrales.

Chema Gómez explica que el florecimiento del mercado inmobiliario de Castro se ha empezado a percibir con especial fuerza en los últimos seis meses. Fue a partir del final del verano, cuando mucha gente se dio cuenta de que la pandemia «iba para largo» y que recuperar una cierta normalidad podría llevar meses o incluso un par de años. En los últimos dos meses la demanda ha subido «todavía más».

El responsable de ERA Castro Urdiales pone algunos ejemplos de la evolución del mercado. Asegura que, hace medio año, un piso de dos habitaciones con garaje en la zona de Cotolino se podía vender entre 155.000 y 165.000 euros. «Ahora no bajan de entre 180.000 y 185.000 euros», comenta. Este fenómeno también ha influido en el espacio de tiempo que se tarda en vender una propiedad. La media está entre 3 y 6 meses. «Pero si está a precio se puede vender en un mes».

Gómez asegura que el «brutal» incremento en la demanda de viviendas en Castro contrasta con lo que ocurre en las localidades cántabras en las que predominan las segundas residencias. Es el caso de Noja, por ejemplo. Según datos del INE, en esta localidad costera cerca del 90% de los inmuebles son viviendas de veraneo. Aquí -dice- los precios han «bajado» o permanecen relativamente estables.

En Laredo, por ejemplo, también se percibe un cambio de tendencia, aunque aquí la demanda sigue centrada en las segundas residencias. Patricia, responsable de la inmobiliaria Pisos Laredo, asegura que antes de la pandemia la demanda se centraba sobre todo en torno al centro de la localidad y a sus kilómetros de playa. Ahora cada vez llegan más personas interesadas en los pueblos más rurales cercanos a Laredo, como Carasa y Limpias.