«Estudiar en castellano o euskera no afecta al nivel de matemáticas y ciencias»
Considera que la «estabilización» del profesorado traerá «antes o después»una «mejora» en los resultados escolares
Josu Solabarrieta dirige desde octubre el Isei-Ivei, el instituto encargado de realizar las pruebas de calidad del sistema educativo. Los resultados del alumnado de ... 2º de ESO en 2023 -una evaluación a todos los estudiantes de ese curso- son los peores desde que arrancó la serie en 2009. Sin embargo, Solabarrieta se escuda en otra evaluación practicada en 2024 a una muestra de estudiantes de 4º de ESO -que el departamento de Begoña Pedrosa presentó en público a la vez que la anterior, 'congelada' durante un año- para argumentar que los datos «no son tan malos» porque «algunas medias se han incrementado».
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- Somos la comunidad que más invierte al año por alumno y los resultados no son buenos...
- Para hacer una evaluación del conjunto del sistema hay que tener en cuenta muchos indicadores. Y uno fundamental es el abandono temprano. Tenemos el índice más bajo de todo el Estado.
- Pero los resultados son los peores desde 2009. ¿Ha empeorado la calidad de la enseñanza?
- No me gusta expresar estas cuestiones en términos absolutos con una sola frase. Y tampoco comparto que los resultados sean los peores, porque usted menciona los datos de la evaluación de mitad de etapa -2º de ESO-, cuya principal función es proporcionar información a los centros educativos. La evaluación diseñada para obtener una fotografía del sistema es la evaluación de final de etapa -4º-. Y los últimos datos que tenemos es que hay medias que se han incrementado, como en lengua castellana o ciencias.
- ¿Me está diciendo que es más relevante una prueba en la que se evalúa a la cuarta parte de los alumnos que otra en la que se mide el nivel de todos ellos?
- En cualquier proceso diagnóstico, los datos más recientes son los más relevantes. Y ese diagnóstico es el de la evaluación de 2024, que se hizo con una muestra más amplia que la de PISA. Técnicamente es incuestionable.
- ¿Entonces considera que los datos no son tan malos?
- Los de 2024 no. Esto no significa en absoluto que no haya áreas de mejora. Por supuesto que las hay, y hay que ser ambiciosos.
- ¿Ha afectado de forma negativa la digitalización a la educación?
- Nos falta más evidencia científica. Soy consciente de que hay hipótesis en relación a la atención, a si se pierde capacidad de concentración y de comprensión lectora... Pero no me atrevo a hacer una afirmación. Las evidencias son aisladas y a veces contradictorias.
- Hay colegios que están retrasando la edad de acceso a las pantallas.
- Diferencio dos cosas. Por un lado, el tema de los móviles. Creo que es positivo el proceso de reflexión en los colegios que ha llevado a un consenso en torno a la edad de acceso a los teléfonos. En cuando a las pantallas en el aula, tienen muchas potencialidades, pero el que hayamos dejado de hacer cálculos a mano, operaciones, la memoria, etc., quizás hace que estemos perdiendo algunos aprendizajes y competencias que a su vez pueden ser la base para otras competencias futuras. Es complicado.
- Castilla y León y Cantabria tienen resultados mucho mejores que los nuestros. ¿Cree que hay que buscar la razón en que en Euskadi la mayoría de los alumnos estudian y se examinan en una lengua que no es la materna?
- Somos una sociedad bilingüe y diversa. Los estudiantes que cursan el modelo D tienen un mayor nivel en euskera y los estudiantes de los modelos A y B tienen un poquito mejor competencia lingüística en castellano y en inglés, pero en competencia matemática y científica no hay diferencias significativas. Entonces, esos datos no avalan la hipótesis de que los estudiantes del modelo D sean peores en matemáticas o ciencias.
- ¿El modelo D funciona para todo el mundo?
- Lo que es deseable es personalizar y adaptar el tratamiento lingüístico a la realidad de cada centro con cierta flexibilidad. El departamento está centrado en mejorar la intervención en el aprendizaje de las lenguas con refuerzos, nuevas herramientas de evaluación...
- La mayoría de alumnos de 2º de ESO sólo comprenden textos «sencillos» en euskera. ¿Esto es aceptable para un sistema que da tanta importancia a la euskaldunización?
- El reto está más en el uso y las actitudes hacia el idioma que en la competencia lingüística, que ha bajado en algunas mediciones pero ha mejorado en otras. Es un reto que comparte el sistema educativo con la sociedad. El aprendizaje de una lengua no se puede garantizar únicamente en el aula, necesita de otros factores. Si dispones de un entorno sociolingüístico en el que se hable esa lengua, pues evidentemente se potencia. Nuestro sistema muchas veces intenta contrarrestar el viento en contra del contexto sociolingüístico.
- Si los alumnos no dominan el idioma, ¿cómo van a aprender luego Historia, Filosofía, Física...?
- Efectivamente, la competencia lingüística es una condición necesaria para poder desarrollar aprendizajes en general. Por eso es un reto y en los planes de mejora las prioridades son la competencia matemática, la comprensión lectora y las competencias lingüísticas.
- ¿Estudiar casi todas las asignaturas en un idioma que no entienden y en muchos casos tampoco escuchan en la calle condena al alumnado inmigrante al fracaso escolar?
- No. Pero sí es necesario que tengan unos refuerzos y programas de desarrollo de esas competencias lingüísticas.
- ¿Están funcionando? Los alumnos extranjeros en Euskadi obtuvieron los peores resultados en PISA de toda España, quitando Ceuta y Melilla, en todas las competencias evaluadas.
- Es un reto evidente. Lo que desconozco es el perfil de estas personas. Es un hecho que su índice socioeconómico y cultural suele ser más bajo y algunos vienen sin castellano. Mi impresión es que la incorporación de la población inmigrante ha sido muy acelerada en los últimos años. El sistema se intenta adaptar, pero lleva tiempo.
Una lectura «positiva»
- Pero los resultados de los alumnos de origen extranjero nacidos aquí también son muy malos...
- Sí, pero menos. Y eso tiene una lectura positiva, porque significa que las nuevas generaciones mejoran los resultados.
- ¿Qué parte de responsabilidad tienen los profesores en todo esto?
- El profesorado cada vez está mejor formado, pero necesita ratios más pequeñas, y eso se está consiguiendo. Y también estabilidad. Los sistemas educativos con profesorado más estable son más eficaces. En eso hemos avanzado mucho con los procesos de estabilización. Eso trae antes o después mejores resultados.
- Muchos docentes se quejan de que la burocracia les quita mucho tiempo para preparar clases y atender al alumnado. ¿Entiende esta queja?
- La puedo entender hasta cierto punto porque tampoco es algo exclusivo del sistema educativo. Sería bueno racionalizar en la medida de lo posible los requerimientos administrativos burocráticos para priorizar el tiempo de contacto con el alumnado, el trabajo de equipo con los profesores... Pero luego no es tan sencillo de hacer.
- ¿Qué papel juegan las familias en el éxito académico?
- Junto con la estabilidad del profesorado y el liderazgo de los equipos directivos, que es algo en lo que también se está avanzando, la implicación de las familias es un factor de eficacia. Es importantísimo, por ejemplo, que estén pendientes de que sus hijos hacen los deberes, que vayan a las tutorías, que tengan contacto con los profesores y que participen en actividades en el centro.
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