La vuelta a las aulas será gradual a partir del 7 de septiembre y las mascarillas obligatorias

El Gobierno vasco desveló ayer cómo será el inicio del curso en Euskadi. Lo hizo por boca no solo de la consejera de Educación, Cristina Uriarte, encargada de esta tarea cada año, sino que esta vez estuvo acompañada por la titular de Salud, Nekane Murga. La mala evolución de la pandemia en Euskadi ha obligado a las autoridades sanitarias a participar en la organización de la vuelta a clase para «garantizar» que sea «con todas las garantías».

El protocolo que guiará el retorno a las aulas establece, por primera vez en la historia del sistema educativo vasco, una incorporación de forma escalonada: los alumnos hasta 2º de la ESO comenzarán como estaba previsto el 7 de septiembre -un 75% de todo el alumnado vasco, según Uriarte-, mientras que el resto de cursos superiores lo hará una semana más tarde.

Un plazo extra que los centros aprovecharán para adecuar sus instalaciones y servicios a la nueva situación y que evitará aglomeraciones los primeros días. «Para finales de septiembre todos los estudiantes estarán en los centros de forma presencial», aseguró la titular de Educación.

Este regreso a los centros se realizará bajo «estrictas medidas sanitarias» con el objetivo de impedir que el virus se cuele en las aulas. O al menos, retrasarlo lo máximo posible. «Podemos tener unos centros seguros, pero nos enfrentamos a una situación en la que no sabemos qué va a ocurrir», se sinceró ayer Uriarte.

Como ya advirtió el lehendakari el pasado martes, el Gobierno vasco no contempla el cierre total de los centros, como ocurrió tras el estallido de la primera ola de la pandemia en marzo. «No ha de repetirse lo que hemos vivido», dijo Iñigo Urkullu en una inequívoca apuesta por un curso presencial.

De ahí que el protocolo presentado ayer establezca diferentes escenarios a la hora de enfrentarse a un positivo dentro de un colegio. Y sólo en el último, en el que hace referencia a una «transmisión comunitaria no controlada» dentro de las aulas, se prevé el cierre «temporal» de un centro al completo y la obligación de que los alumnos sigan las clases desde sus casas.

En el resto de situaciones que impliquen positivos, la autoridad sanitaria y los responsables del centro actuarán en función de su gravedad. Para llevar a cabo esa tarea y coordinar la actuación con las autoridades de Osakidetza de cada comarca, los centros designarán una persona responsable de referencia en materia sanitaria.

En el caso de brotes controlados o casos esporádicos con «las cadenas de transmisión bien definidas», se procederá al aislamiento de los afectados y se pondrá en cuarentena a los compañeros que hayan mantenido una relación más estrecha con ellos. Para que esa medida sea eficaz, Educación ha previsto la creación de 'grupos de convivencia estable', es decir, separar a los alumnos de cada clase en colectivos más reducidos que no interactúen con el resto.

En el segundo de los escenarios, cuando se detecten «brotes complejos o transmisión comunitaria esporádica», es decir, casos en varios grupos o aulas con transmisión entre ellos, las medidas de aislamiento no sólo se aplicarán a los directamente afectados y sus contactos, sino que también se cerrarán aulas o incluso cursos enteros.

Será el servicio de Salud Pública el que realice en cada caso la evaluación del riesg'rastreará' las cadenas de transmisión para determinar en cuál de los escenario se encuentra un centro en el que se detecten positivoso y . Sólo si la situación es grave, con un «número elevado de casos» de origen desconocido, se podrá decretar el «cierre temporal» de un área del centro (por ejemplo, el comedor) o de todo el complejo. «La implementación de las medidas para el control de estos brotes se realizará de forma proporcional al nivel de riesgo», puntualiza el protocolo.

Hubo que esperar 24 horas para confirmar lo que era previsible. La mascarilla será obligatoria a partir de los 6 años en los centros educativos vascos, tal y como acordaron el resto de comunidades en la reunión telemática celebrada este pasado jueves con el Gobierno central. Euskadi fue la única autonomía que se abstuvo en esa votación, en la que se aprobó un plan a nivel nacional similar al presentado ayer. Según explicó la consejera Cristina Uriarte, la razón de su voto no fue tanto el fondo de lo pactado, sino la defensa del régimen competencial vasco en materia de Educación y las «formas» utilizadas por el ministerio, que envió a las autonomías el documento de trabajo a las once de la noche del día anterior.

Tal y como recogía el plan aprobado en Madrid, el presentado ayer en Vitoria establece que, como norma general, el uso de la mascarilla será obligatorio para todo el personal del centro educativo y el alumnado en todos los espacios y en todo momento. El profesorado tendrá que portarla siempre, incluso en los grupos de convivencia estable.

En cuanto a los menores, se establece que en Infantil, hasta 6 años, la mascarilla no será obligatoria, aunque, cuando sea posible, «se recomienda» su uso.

Uriarte anunció ayer que su departamento mandará mensualmente 500.000 mascarillas a los centros escolares. A lo largo de la próxima semana, antes del inicio del curso, se va a realizar además un primer envío de 800.000 unidades de tipo quirúrgico. Además, para las aulas estables y el personal especializado como fisioterapeutas, se repartirán EPIs adecuados a su actividad, principalmente mascarillasFFP2 y guantes de nitrilo.

En junio se distribuyó un termómetro digital sin contacto por cada centro. Con el inicio del curso se realizará un nuevo reparto de estos medidores de temperatura para cubrir las necesidades especiales de los centros -los que tienen más de un edificio o un número elevado de alumnos-. No obstante, Educación recomienda que sean los padres los que tomen la temperatura en casa a los niños y que, en caso de tener fiebre o síntomas, no los envíen a clase.

Este curso, y «de forma adicional y excepción», el Gobierno vasco contempla la contratación de mil profesores que reforzarán el servicio educativo en aquellos centros escolares que cuenten con un mayor número de alumnado por aula. La medida se debe, según explicó ayer la consejera Cristina Uriarte, a que «el inicio del curso escolar 2020-2021 requiere de una planificación y previsión diferente a cursos anteriores». «Las necesidades provocadas por la pandemia abarcan desde materiales que garanticen la seguridad e higiene hasta el refuerzo en algunos casos del personal docente, pasando por un refuerzo en herramientas tecnológicas», añadió.

Según explicó la responsable de la educación vasca, no se conocerá el número exacto de docentes que se contratarán porque «estamos pendientes de cotejar caso a caso con los centros para ver su casuística. Nuestro sistema tiene capacidad para dar respuesta a las necesidades de este curso, pero si son necesarios refuerzos se harán».

Estos contratos no se realizarán para reducir las ratios de profesor-alumnos por aula porque «estamos muy por debajo de lo establecido» sino para garantizar que se puedan cumplir todas las medidas de seguridad, como mantener las distancias. Según las fuentes consultadas por este periódico, la contratación de estos profesionales supondrá un desembolso de 50 millones de euros.

También la gestión de los espacios será necesaria en este curso. Así, además de la organización que cada dirección de centro lleve a cabo, Educación ha solicitado a Eudel la colaboración de los ayuntamientos para la cesión de instalaciones municipales en aquellos casos en los que un centro educativo pueda requerir más espacios para desarrollar su actividad.

En lo que respecta a la tecnología, y tras la experiencia vivida durante el curso pasado cuando en los últimos meses la formación de los niños y adolescentes fue telemática, el Departamento de Educación ha considerado fundamental incrementar los equipos informáticos a disposición de las escuelas. El Gobierno vasco ha adquirido un total de 24.361 equipos portátiles, tanto para los alumnos como para los docentes. Estos nuevos aparatos, junto a los ya existentes, estarán a disposición de los centros y de las familias que lo necesiten. Será la dirección de cada escuela la que los gestione.

Cristina Uriarte recordó que el curso pasado los colegios cedieron más de 6.000 portátiles a las familias que lo necesitaban, además de conexiones a internet y 500 tabletas digitales.

La posibilidad de contratar hasta mil docentes fue criticada ayer por los sindicatos, que consideran el protocolo de Educación «mera propaganda» y sin apenas novedades respecto a los documentos redactados durante el verano.

Tanto ELA como LAB cuestionaron que «no se prevén descensos de ratio, pero tampoco sabemos con qué criterios se van a realizar las contrataciones o cuándo se van a realizar». ELA indicó que «el departamento ya tiene cerrado el número de plazas que le corresponde a cada centro y ha contado con dos meses para conocer las necesidades. Además, no comparte que «se refiera únicamente al profesorado funcionario» y no se incluya a otro personal como el de cocina o limpieza.

Para LAB «las propuestas presentadas mantienen la situación tal y como estaba, y el anuncio de una posible contratación del profesorado se queda corta».

Desde CC OO hicieron hincapié en que «el protocolo está lejos de solucionar las enormes dudas de los trabajadores de la enseñanza vasca y solo pretende acallar los rumores de intranquilidad que la sociedad vasca había manifestado».

Los niños y niñas no pueden asistir al centro de enseñanza en caso de que tengan fiebre (más de 37ºC). Esto implica el control de la temperatura por parte de las familias antes de llegar al centro (antes de salir del domicilio).

Únicamente acompañará al alumno una persona al centro al inicio o final de cada jornada escolar y, en la medida de lo posible, deberá ser siempre la misma.

Los acompañantes del alumno únicamente podrán entrar en el centro escolar si tuvieran alguna cita previa concertada (reunión con algún profesor o tutor) o autorización para ello.

Los y las acompañantes de los estudiantes no podrán permanecer en el entorno del centro educativo configurándose agrupamientos de adultos y niños.

Todos los niños deberán tener su propia mascarilla, que deberá garantizar -según las normas vigentes- las condiciones higiénicas para utilizarla durante la jornada escolar.

Las familias colaborarán para apoyar y facilitar los hábitos de higiene considerados básicos tales como: respetar la señalización del centro; uso de mascarilla; lavado de manos; ventilación de salas; pertenencia al grupo estable de convivencia.

Si un alumno o alumna presenta síntomas en el centro será avisada la familia, por lo que es necesario aportar los números de contacto telefónico que se consideren (se recomienda más de uno).

Si el alumno o alumna presenta síntomas en su hogar, la familia mantendrá informado al tutor o tutora del centro y le comunicará las variaciones significativas en su estado de salud.

La familia pondrá a disposición del centro si es requerida por motivos de trazabilidad, información acerca de las actividades extraescolares que realiza fuera del centro.

La familia del alumno trasladará al tutor de su hijo cuanta información considere vinculada al ámbito emocional cuando se prevea algún tipo de carencia/dificultad en ese ámbito vinculado al contexto Covid-19.