La UPV inicia el procedimiento para expulsar al profesor que sufrió un escrache

Según fuentes consultadas, el trámite que desembocaría en el despido del docente podría alargarse en torno a una semana, ya que primero debe celebrarse la audiencia con el afectado y activarse otros mecanismos. Sin embargo, el profesor ya ha insinuado en sus redes sociales que está dispuesto a abandonar la institución a iniciativa propia. «No me merecerían, ni me llegarían a la suela de los zapatos. Soy yo el que se larga», afirmó, en un mensaje de este miércoles.

Mientras continúa con sus procesos internos, la UPV también ha puesto en conocimiento de la Fiscalía las publicaciones del docente. El Ministerio Público investiga si son constitutivos de un delito de odio por su tono misógino y homófobo. En algunas de esas publicaciones, por ejemplo, el profesor manda a las mujeres «a fregar» y carga contra los que defienden el aborto, a quienes, asegura, «hay que echarlos a patadas de todos lados». «Marranas», «hijas de puta», «cabronas», «bujarras»... Son algunos de los descalificativos que abundan en sus mensajes.

En otra publicación de hace un año, el docente interpela a las «mujeres partidarias del aborto que excluís al padre y menospreciáis la vida», a quienes llama «hijas de puta», para señalar que «¿habéis fregado como os ordené el otro día?». Acaba con un «Viva España, marranas». «Leo lo que escribí y me gusta. No hay nada de lo que arrepentirme», asegura en otro mensaje reciente.

En este contexto, el pasado jueves dos jóvenes vinculados a Ernai rociaron con pintura la puerta del despacho del docente, a quien acusan de «fascista». Esta organización, junto a otros colectivos vinculados a GKS, animaron a los estudiantes a participar en la protesta del viernes, que obligó al profesor a permanecer encerrado en el aula durante dos horas y a abandonar la facultad escoltado mientras era increpado e insultado por decenas de personas.

Los alumnos, en cambio, aseguran que el docente no estuvo retenido, sino que permaneció dos horas encerrado en el aula a voluntad propia por ser el tiempo que debía durar la clase. Y afirman que la manifestación fue una «acción pacífica». Según su versión, «sólo se vivieron un par de cortos momentos de tensión, uno de ellos a raíz de mensajes provocadores que el profesor publicó en su Instagram, con ánimo de escalar las tensiones».

Por el momento, la UPV no ha anunciado medidas, ni académicas ni judiciales, contra los jóvenes que participaron en las protestas violentas, pese a asegurar que las «coacciones y amenazas no tienen cabida» en la Universidad.