Donar pelo, el corte más solidario
Peluquerías de Bilbao colaboran en la donación para pacientes de 'quimio' que no pueden costearse una peluca
Juncal Munduate
Lunes, 8 de septiembre 2025, 01:00
Bilbao y Málaga están unidas por una causa especial: la donación de pelo a personas que están pasando por un tratamiento de quimioterapia. En la ... capital de la Costa del Sol se ubica el taller de Mechones Solidarios, una iniciativa que lleva 13 años recibiendo melenas de todos los rincones del país para hacer pelucas personalizadas a pacientes de cáncer -en su mayoría mujeres- sin recursos económicos. «La caída del cabello es una de las peores consecuencias de la 'quimio', es el momento en el que el cáncer deja de ser un problema personal y pasa a convertirse en algo público», explican desde el área de trabajo social de la organización.
Llevar una peluca, añaden, «no es esconder el problema, es otra manera de recuperar la identidad y coger fuerzas para sobrellevar la enfermedad». Una identidad que en muchos casos resulta imposible de recobrar si no se tienen los recursos económicos suficientes. El precio en el mercado de una peluca «estándar» oscila entre los 600 y los 1.500 euros. Las que están hechas a medida superan los mil euros, pudiendo llegar hasta los 2.500. Una labor artesanal que se paga y que desde la asociación tratan de acercar a todos los bolsillos. El único requisito para poder disfrutar de una peluca a medida es demostrar no tener los suficientes ingresos. Aun así, aquellas personas que superen el umbral económico también pueden adquirirlas a un precio más reducido, a veces a más de la mitad del coste de mercado.
«Si podemos ofrecer precios tan competitivos es porque trabajar con pelo donado nos ahorra un 60% o 80% del gasto de producción», explican desde Mechones Solidarios. Las donaciones, en su mayoría, llegan de peluquerías colaboradoras que envían el cabello de aquellas clientas que se animan a entregar 30 centímetros de su melena. Es el caso de Lara Cabrajo, propietaria de la peluquería bilbaína Hokami Estilismo, que acaba de empezar a enviar las primeras dirección Málaga: «Tenía unas cuantas coletas guardadas para enviar y me lancé». Antes colaboraba con otra asociación, cuenta, pero «dejaron de recoger el año pasado». Ahora espera ver qué tal le va para decidir si repite experiencia.
Aida Alonso lleva 11 años trabajando para un proyecto similar. Su peluquería, Estudio 54, funciona como una especie de intermediario entre sus clientas y el proyecto Peluca Solidaria -con sede en Madrid-, que también se dedica a la fabricación y distribución gratuita de melenas. A pesar del tiempo que lleva colaborando con la asociación, todavía le sigue sorprendiendo la juventud de las voluntarias que acuden a donar. «La mayoría tiene entre 16 y 30 años», explica. El proceso de donación es sencillo: atan el cabello en una trenza o coleta para facilitar el corte, lo guardan en una bolsa de plástico hermética y cuando reúnen unas cuantas las envían por correo postal a la fábrica. Además del corte solidario, también aceptan y mandan pelucas que ya no se usan y cabello de personas que deciden cortárselo en casa.
Trato personalizado
Una vez en el taller comienza un cuidado proceso de tratamiento y confección de pelucas a demanda. Primero se guardan y se clasifican los mechones por color y tipo de largo hasta recibir una solicitud. En cuanto llega, empieza una producción a medida que se basa en el trato personalizado: «Estudiamos la imagen de la persona antes del tratamiento médico para que pueda continuar con el mismo aspecto», describen desde la asociación. La elaboración de las pelucas pasa por un proceso de desinfección, hidratación, picado de las zonas que imiten el cuero cabelludo, corte y peinado personalizado. Una labor que lleva, como mínimo, dos semanas de trabajo y entre 5 y 20 donaciones de cabello.
El resultado es una peluca de «alta calidad». También más fresca, ya que el pelo refleja la luz de manera natural y transpira mejor. «La adaptabilidad, además, es muy importante para las niñas, que pocas veces encuentran una peluca que se amolde a sus dimensiones», afirman.
Los requisitos: sin henna y 30 centímetros como mínimo
Cualquier mujer puede ser donante de cabello para estos fines solidarios. «La única condición para donar es que el pelo mida, como mínimo, 30 centímetros», cuenta Aida Alonso, de la peluquería bilbaína Estudio 54. La profesional asegura que el estado del cabello no importa, pueden recibir melenas decoloradas, con mechas y también aquellas que hayan pasado por tratamientos químicos como la keratina. El único cabello que no admiten es aquel tratado con henna, un tinte natural. Tampoco pasa nada si se tiene la cabellera un poco estropeada: «Nosotras lo hidratamos y cortamos para luego poder usarlo», aclaran las asociaciones que gestionan la recepción del pelo y la confección de las pelucas. Lo que sí se debe tener en cuenta es que si para «sanear» la coleta recibida se van a tener que cortar 5 centímetros de melena, el mínimo para poder donar se extendería a 35 centímetros. Una larga cabellera que volverá a crecer en unos meses.
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