Casi cuatro de cada diez vascos intentarían no llevar a sus hijos a un colegio con muchos gitanos
La primera encuesta sobre la percepción de esta etnia en Euskadi revela un «antigitanismo estructural» y muestra los recelos a alquilar una vivienda o contratar a una persona de este colectivo
La primera encuesta realizada en Euskadi sobre la percepción y la actitud hacia las personas gitanas ha arrojado «una dura fotografía» que evidencia los recelos ... de la población vasca a la hora de contratar, matricular a los hijos en un centro escolar o vivir en un portal con muchos ciudadanos de esta etnia. El informe que firma Ikuspegi, el Observatorio vasco de inmigración, confirma la pervivencia de «un antigitanismo estructural» que se traduce en una «discriminación e insuficiente integración». Unas veces toma forma de burlas, rumores o imitaciones -más de un tercio de los entrevistados ha sido testigo de ello- y otras se convierte en amenazas e incluso agresiones físicas, una situación que ha presenciado más del 10%.
El retrato que ofrece el estudio presentado este jueves, y que repasa la mirada hacia las personas gitanas en Euskadi en áreas tan variadas como la residencial, la laboral o la convivencia, constata que existe «una deuda de todas y todos» con este colectivo. Con el objetivo de acabar con ella, ha explicado Beatriz Artolazabal, consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, este mismo año arrancará la elaboración del Pacto Social contra el Antigitanismo, que se nutrirá de los resultados de la investigación de Ikuspegi como punto de partida. Y el escenario actual es que la tolerancia hacia esta etnia se mueve en un nivel medio-bajo y, como muestra, el índice de apertura hacia esta población, que se sitúa en 54,36 puntos sobre 100, según la escala de Ikuspegi.
El Gobierno vasco quiere comenzar este año la elaboración del Pacto Social contra el Antigitanismo
El informe 'Neurtu 2022: Percepciones y actitudes hacia las personas gitanas' resulta revelador ya que, hasta ahora, las investigaciones en esta línea eran escasas. En el ámbito residencial, por ejemplo, recoge que menos del 40% de los encuestados aceptaría vivir en el mismo barrio o bloque con muchos ciudadanos de esta etnia -el 15,3% lo rechazaría, directamente- y que más de cuatro de cada diez evitarían alquilarles su vivienda. En lo laboral se refleja también esa discriminación: cerca de tres de cada diez tratarían de no contratar a un empleado gitano si hay otro candidato con la misma experiencia y formación. La directora de Ikuspegi, Julia Shershneva, ha recordado que la apertura a la diversidad que suele mostrar Euskadi y su rechazo a actitudes discriminatorias se ve «comedida» precisamente hacia los gitanos pero también con los musulmanes y los ciudadanos de origen extranjero.
En el trato diario, en la convivencia, sin embargo, nueve de cada diez entrevistados aseguran que no tienen ningún problema en relacionarse tanto en el contexto laboral como educativo o que alguien de esta etnia ocupe un rol superior. Eso sí, en el momento de elegir centro escolar para los hijos, algo menos de la mitad (casi cuatro de cada diez) intentaría evitar o rechazaría uno con muchas personas gitanas. Y no son pocos quienes afirman haber sido testigo de situaciones discriminatorias hacia esta población, desde comentarios negativos y rumores (los ha escuchado más del 40%) a burlas, bromas, imitaciones o chistes (más del 34%), insultos (el 21,1%), amenazas (el 12,5%) o agresiones físicas (el 10,7%). Artolazabal ha reconocido que «la sociedad vasca es consciente de la discriminación e insuficiente integración» del colectivo y ha defendido que, «gracias a esa consciencia, sabemos que conseguiremos frenar este y otros tipos de discriminación».
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