«Recuerdo un impacto tremendo, gritos, ruido y el sabor de la sangre»
Juzgan en Logroño al vizcaíno que arrolló con su coche a seis personas en un parking de un centro de salud Haro, causando la muerte a una de ellas
Carmen Nevot
Lunes, 26 de mayo 2025, 13:56
«Recuerdo un impacto tremendo, los gritos, el intento de situarme, mucho ruido y el sabor de la sangre». Así recordaba este lunes un médico ... de emergencias, víctima del atropello múltiple de Haro del que está acusado un vízcaíno, los momentos posteriores al dramático suceso, que empezó a juzgarse ayer en un tribunal de Logroño. En el atropello murió una persona, Manuel Montoya, un técnico sanitario de 32 años, y resultaron heridas otras cinco.
Era la primera de las cinco jornadas de juicio programadas por el juicio del atropello mortal de Haro y todas las partes expusieron ayer sus posiciones iniciales. En la vista no se discuten los hechos, sino si el imputado era o no responsable de lo que hacía teniendo en cuenta que sufre una enfermedad mental.
La defensa del procesado, un joven de Basauri de 34 años, se mostró disconforme con las peticiones tanto de la Fiscalía, que reclama 25 años de internamiento psiquiátrico, como de las acusaciones particulares, que solicitan 75 años. En su caso, solicita la libertad vigilada de su cliente porque entiende que «con un tratamiento adecuado sería suficiente esta medida».
La defensa puso el foco en que el procesado está diagnosticado de esquizofrenia paranoide y el día de los hechos, el 4 de septiembre de 2023, sus padres, al ver que se encontraba en un estado alterado, le convencieron para acudir desde Leiva, donde pasaban unos días, al centro de salud de Haro para que le suministraran algún tipo de medicación. Al acercarse al parking del centro sanitario, el procesado comenzó a hacer comentarios acerca de que la policía le estaba vigilando y quería matarle. En ese momento aceleró y se dirigió a las personas que había allí, y el padre accionó el freno de mano. Como consecuencia de aquello, falleció una persona y cinco resultaron heridas de diversa consideración.
«Voceaba todo el rato»
Por su parte las acusaciones tanto de la madre como de los hermanos del fallecido, Manuel Montoya, natural de Santurde de Rioja y trabajador del centro, piden 37 años y medio de cárcel para el procesado; mientras que la pareja de la víctima mortal del atropello, que había iniciado un tratamiento de fertilidad para tener un hijo en común, reclama doce años de cárcel y cinco de libertad vigilada. A juicio de la abogada que representa a la familia de la víctima mortal, «el atropello fue un acto consciente. La maldad existe en este mundo».
Durante su declaración, el técnico sanitario detalló con la voz entrecortada que aquel día se encontraba hablando con unos compañeros en el parking y de repente sintió un impacto «tan violento que salimos despedidos». Veía salir a gente del centro de salud que acudía corriendo a asistir a los heridos y a Manuel, la víctima mortal, a la que practicaron infructuosamente una RCP».
«Era una catástrofe porque había muchos heridos», pero no sabía qué había pasado, relató otra víctima. «Manuel fue lanzado contra el suelo, que es lo que le causó la muerte». En la actualidad, le sigue costando hablar de aquello y «cuando oigo ruidos fuertes me sobresalto».
Una compañera de trabajo de las víctimas, relató que todo ocurrió «de repente, entró un coche, arrasó y se llevó por delante a mis compañeros. Fue visto y no visto». Del coche que había entrado en el aparcamiento salió el conductor «chillando como un orangután: hijos de puta, puto gobierno de mierda». Voceaba todo el rato, «se le veía enfadado».
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