Las campanas que no dejan dormir a Soraluze: el debate entre la tradición y la ley
El PSE-EE pide silenciar las campanas de la iglesia por la noche para cumplir la ley; la parroquia cree que no la infringe y el Consistorio solicitará medidas para ajustar el ruido a la legalidad
Jabi León
Miércoles, 12 de noviembre 2025, 07:13
Con el actual núcleo estructural erigido en la segunda mitad del siglo XVI y con un precioso pórtico que fue construido en 1666 y está ... considerado como uno de los mejores ejemplos del arte popular vasco, la iglesia de Santa María la Real constituye, sin lugar a dudas, uno de los principales monumentos y atractivos de Soraluze.
Desde su creación, el edificio religioso ha jugado un papel relevante en la vida local pero, cosas de los cambios sociales, en los últimos tiempos ha cobrado un protagonismo inesperado. Y no precisamente por su incalculable valor histórico-artístico; sino por el volumen del tañido de las campanas de su torre.
De hecho, hace ya unos cuantos meses el Ayuntamiento recibió diferentes quejas vecinales por el ruido que hacen las campanas por la noche y que «dificulta, sobre todo en verano, la conciliación del sueño».
Esas quejas también llegaron al Ararteko, que pidió al Consistorio aclaraciones sobre las medidas adoptadas conforme a la normativa vigente en materia de contaminación acústica.
Para responder a dicho requerimiento, el Ayuntamiento encargó un informe técnico a una empresa especializada en mediciones de ruido; y el pasado mes de julio dio a conocer la principal conclusión de dicho informe: «El nivel sonoro emitido por las campanas de la iglesia parroquial de Soraluze supera los valores establecidos por la legislación sobre contaminación acústica, concretamente la Ley 37/2003 de Ruido y los Decretos 1367/2007 y 213/2012 del Gobierno vasco».
Llegados a ese punto, los responsables municipales y de la parroquia «nos reunimos de una manera informal y compartimos las conclusiones del informe», explica el alcalde, Unai Larreategi. Además, añade el primer edil, «en aquel encuentro también recomendamos a los representantes de la iglesia silenciar las campanas por la noche».
En lugar de acatar la recomendación municipal, el pasado mes de septiembre, al regreso de las vacaciones estivales, la parroquia decidió someter la decisión a consulta entre sus feligreses. La mayoría votó en contra de acallar las campanas durante el horario nocturno, por lo que la iglesia trasladó al Consistorio su decisión de «dejar las cosas como están».
Conocida esa respuesta, la portavoz del grupo municipal socialista, Patricia Borinaga, ha mostrado su preocupación por la negativa de la parroquia a silenciar las campanas de la iglesia durante las noches, tal y como había pedido el Ayuntamiento.
La edil socialista recuerda que dicha petición «responde a varias quejas vecinales y se sustenta en las conclusiones de un informe técnico realizado por una empresa especializada».
Por ello, insiste en solicitar «que se cumpla la ley y se silencien las campanas de la iglesia por la noche». No en vano, subraya, «el resultado de una consulta interna no exime del cumplimiento de la ley, porque nos gusten más o menos, las leyes están para que todos las cumplamos».
La respuesta del párroco
Tras conocer por medio de la llamada de este periódico la petición para silenciar las campanas de la iglesia realizado por el PSE-EE, el párroco de Soraluze, Joseba González, quiere destacar que «la parroquia en ningún momento va a ir en contra de la ley».
El religioso insiste en que la entidad a la que representa «cumplirá escrupulosamente con la legalidad». Eso sí, hace suyo el sentir de la feligresía local: «pensamos que el sonido de las campanas no incumple la ley, pero no somos nosotros los que tienen que decidir eso», señala.
Por ello, «de momento» Joseba González aboga por mantenerse a la expectativa: «tendrá que ser alguna institución competente la que nos diga si las campanas de la iglesia cumplen o no con los valores que establece la legislación sobre contaminación acústica que está vigente».
Paso a la vía administrativa
Conscientes de la decisión de la parroquia de dejar las campanas tal y como han estado hasta ahora, los responsables del Ayuntamiento de Soraluze han decidido que ha llegado el momento de «acudir a la vía administrativa para pedirle a la iglesia que cumpla con la normativa».
En este sentido, el alcalde, Unai Larreategi, quiere «dejar bien clara» una cosa: «como Ayuntamiento no vamos a pedir a la iglesia que quite las campanas por la noche, sino que adopte las medidas correctoras que haga falta para que el ruido se ajuste a la legislación vigente».
A partir de ahí, el Consistorio esperará a conocer las propuestas que le pueda plantear la propia Iglesia: «Confío en encontrar una solución buena para toda la ciudadanía», sentencia el alcalde.
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