Un bañista de Castro sufre la picadura de una carabela portuguesa
El hombre, de 57 años, acudió al puesto de los socorristas aquejado de «mucho dolor» y con sarpullidos tanto en las extremidades superiores como inferiores
Ana del Castillo
Viernes, 21 de julio 2023, 07:31
Un bañista de 57 años sufrió este miércoles la primera picadura de carabela portuguesa en Cantabria. Ocurrió cerca de las cinco de la tarde, cuando ... en la playa de Ostende, en Castro Urdiales, los socorristas de la DYA ya habían instalado dos banderas, la amarilla y la propia de aviso por medusas, para prevenir a los bañistas ante el «elevado número» de fragatas (como también se las conoce).
El varón, que se acercó hasta el puesto de socorrismo con picaduras tanto en las extremidades superiores como inferiores de considerable extensión, presentaba «mucho dolor», por lo que -tras retirar los tentáculos «con guantes y pinzas y agua salada para limpiar la zona», explican desde la DYA- se le trasladó en ambulancia hasta el centro de salud de Cotolino «para que le administraran un calmante».
Era cuestión de tiempo, sobre todo teniendo en cuenta que las carabelas portuguesas ya habían hecho acto de presencia en las playas de Santander y en Arriatera, Laga, Bakio, Aritzatxu y Sopela (País Vasco), donde también se han registrado picaduras.
El responsable de la DYA, José Merayo, ha explicado a este periódico que «el cambio de viento y las corrientes» ha hecho que las medusas hayan llegado hasta Castro Urdiales. «Los bañistas se confían al ver a las carabelas en superficie, pero siempre se debe mantener la alerta y la distancia de seguridad porque tienen tentáculos que pueden llegar a superar los tres metros», señala Merayo.
Hasta Asturias
Tras el chequeo de los socorristas este jueves a las playas de Castro, la DYA ha publicado a través de sus redes sociales que el agua está limpia y libre de medusas: «Hoy no podemos indicar que estén en nuestros arenales», afirmaron. Sin embargo, la presencia de este tipo de medusas se extiende ya por prácticamente toda la costa cántabra, incluso, han llegado al litoral asturiano, en concreto, a la playa de Santa María del Mar, en Castrillón, donde se avistó un ejemplar de gran tamaño.
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