La cocina tradicional
Todos la adulamos, la exaltamos y hasta la veneramos. Hablamos de ella y la consideramos casi patrimonio nacional. Pero qué es lo que ocurre cuando alguien que nos visita nos pregunta por algún restaurante tradicional o por cuales son las especialidades de la misma, o en qué se diferencian nuestros platos de otros de otros lugares... Lo cierto es que fuera de algunos hogares, cada vez es más difícil encontrar restaurantes que cocinen las recetas más ancestrales y en las casas también se va extinguiendo por falta de relevo, falta de transmisión del conocimiento popular gastronómico.
Me temo que socialmente alardeamos de puristas, tradicionalistas y de guardianes gastronacionalistas que acaban teniendo más direcciones de restaurantes foráneos en su agenda que de restaurantes locales. Sacamos pecho con lo nuestro mientras llevamos a nuestros hijos e hijas a comer a cadenas de ‘comida’ rápida como premio por haberse portado bien. Ésta es la situación, preocupante, ¡¡¡grave!!!
Creo en este punto que son las instituciones, las escuelas de hostelería y las asociaciones de hostelería las que deberían de sentarse y crear un plan de trabajo en el que se documentaran las recetas de las personas con sus nombres y apellidos, el origen... etc. En definitiva, que realicen un trabajo antropológico exhaustivo y que se fomente la creación de proyectos que puedan poner en valor lo tradicional de verdad, no como elemento folclórico propagandístico. ¡¡¡Por un futuro con memoria!!!
On egin!!!