Urkullu aprueba seis leyes de golpe en un arreón inédito en el tramo final de la legislatura
PNV y PSE aprovechan su mayoría en el Parlamento a la espera de ratificar hoy los Presupuestos
Xabier Garmendia / David Guadilla
Jueves, 21 de diciembre 2023, 20:02
Valga una comparación para poner en perspectiva lo ocurrido en el Parlamento vasco. En la pasada legislatura, entre 2016 y 2020, en la que PNV ... y PSE-EE gobernaban en coalición pero en minoría, sólo consiguieron aprobar ocho leyes en cuatro años. Este jueves, en los coletazos de un mandato en el que han gozado de una holgada mayoría absoluta, se ratificaron seis normas en cuestión de ocho horas.
El Legislativo autonómico vivió una jornada inédita. A escasos meses de las elecciones vasca, el Gobierno de coalición logró sacar adelante la Ley de Empleo, la de Protección de Datos, la de Educación, la de Suelo y Urbanismo, la que regula el Instituto Vasco de Finanzas y la de Subvenciones.
Lo hizo, además, con diferentes fórmulas. Algunas, como la de Educación, por ejemplo, gracias sólo a la mayoría absoluta que tienen jeltzales y socialistas y tras romperse el pacto que hace un año se calificó de histórico y en el que también estaban EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU. Otras, como la de Subvenciones, que busca evitar la deslocalización de la industria, con el apoyo de la coalición soberanista; la de Protección de Datos –en realidad, una adaptación de la legislación autonómica sobre esta materia a la normativa europea y estatal– con el respaldo de Ciudadanos; la de Suelo con el de Elkarrekin Podemos-IU...
De la media docena de iniciativas avaladas por el Parlamento, las de más peso político eran la de Educación y la de Empleo. La primera reemplaza a la conocida como 'ley Buesa' de 1993 y su tramitación ha evidenciado cómo la voluntad de alcanzar un acuerdo transversal amplio ha sido laminada por una realidad mucha más compleja en la que la dualidad público-privada y el papel del euskera se han convertido en obstáculos insalvables para elevar consenso más allá del acuerdo entre el PNV y PSE. La de Empleo es la principal apuesta política de la vicelehendakari segunda,la socialista Idoia Mendia, y busca reforzar la eficacia de Lanbide.
La jornada de este jueves –que desde la oposición se llegó a definir como un «telemaratón»– se suma a lo sucedido en noviembre, cuando se ratificaron otras cinco, y a lo que está por venir. Para empezar, este viernes se cerrará el año con la aprobación de los Presupuestos, que solo contarán con el voto a favor del PNV y del PSE-EE. En la que será su última legislatura, Urkullu solo ha conseguido en una ocasión que alguno de los grupos de la oposición no rechazase el proyecto de Cuentas públicas presentado por el Gobierno. Fue a finales de 2021, y lo único que logró fue la abstención de EH Bildu.
Superado el trámite de este viernes, la intención del Gobierno vasco es mantener apretado el acelerador para recalcar que el Ejecutivo tiene tarea y ahuyentar la sensación de que la legislatura está en el tiempo de descuento. La idea es que en febrero salgan adelante, al menos, otros dos textos, las leyes de Transición Energética y Cambio Climático y la de Cooperación y Solidaridad, a las que el lehendakari da enorme importancia.
De hecho, en las últimas semanas ha sido el propio Iñigo Urkullu el encargado de rebajar las expectativas de un posible adelanto electoral a marzo. Una posibilidad que se había barajado en los últimos meses. La fecha de los comicios está por definir, pero el lehendakari ha venido insistiendo en los últimos días en que «queda trabajo por delante» y en que el Gobierno vasco busca «redondear» el cumplimiento de su programa. Hace una semana comprometió un centenar de iniciativas para los próximos meses.
El horizonte de abril
El margen de maniobra, en cualquier caso, es muy escaso. Aunque enero es inhábil y el funcionamiento del Parlamento suele ser mínimo, la intención es aprovechar las primeras semanas del año para acelerar algunos trámites y lograr sacar adelante las leyes pendientes a principios de febrero. Sería entonces cuando Urkullu, que no se presenta a la reelección, podría disolver el Parlamento y convocar elecciones.
La normativa establece que tienen que pasar 54 días desde ese momento hasta la cita con las urnas, así que las fechas que cobran cada vez más fuerza son el 14 o el 21 de abril. Las de 2020 se celebraron el 12 de julio, pero porque la pandemia obligó a retrasarlas.La fecha prevista en un primer momento era la del 5 de abril, así que, de mantenerse la nueva previsión, Urkullu también cumpliría su deseo de ajustarse a lo que es una legislatura de cuatro años.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión