El Gobierno vasco se apoyará en el plan de desescalada para defender las elecciones en julio
El lehendakari aportará hoy informes sanitarios y jurídicos que avalen la convocatoria frente a las críticas de la oposición en la mesa de partidos
¿Que las elecciones vascas se deben convocar atendiendo a criterios sanitarios? Habrá un informe científico que de facto las autorice. ¿Que se podrían dejar para más adelante? Pues habrá otro documento jurídico que advierta de sus complicaciones legales. ¿Y que la sociedad no está ahora para estos saraos? La desescalada ya habrá concluido para entonces. Iñigo Urkullu quiere que los comicios autonómicos se celebren en julio y llegará hoy a la mesa de partidos cargado de motivos para desnudar las objeciones de la oposición. Escuchará sus opiniones, tal y como le obliga el decreto que dejó sin efecto la cita del 5 de abril, y así evitará dar una imagen de unilateralidad en un momento de constantes apelaciones al acuerdo, pero la exposición del lehendakari será «suficiente» para tomar la decisión definitiva.
El jefe del Ejecutivo vasco ya adelantó el pasado viernes que julio sería el mejor momento para acudir a las urnas pese al temor a que la abstención se dispare en plenas vacaciones estivales. Son dos los motivos principales que justificarían una convocatoria inédita. El primero, la previsión de que la pandemia del coronavirus caiga a mínimos durante el verano y rebrote a partir de septiembre, lo que impediría nuevamente la cita. Y el segundo, la contrarreloj en la que se encuentra la legislatura vasca, con su límite legal a finales de octubre y un horizonte de dudoso encaje jurídico. Urkullu dispone ahora de un tercer argumento basado en el plan de transición de Moncloa, que prevé la llegada a la «nueva normalidad» a finales de junio.
Ese plan de desescalada, que abre de par en par las puertas para autorizar las elecciones, «será objeto de análisis y ponderación» en el encuentro de hoy, según comunicó este miércoles el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka. Hay muchos contenidos en él que no gustan al equipo de Urkullu, siempre crítico con las formas de Pedro Sánchez en la gestión de la crisis, pero lo cierto es que el calendario previsto para la progresiva recuperación de actividades representa ahora el paraguas perfecto para fundamentar la celebración de los comicios en julio. Es evidente que se llevarían a cabo bajo estrictas medidas de seguridad para evitar contagios, pero no habría obstáculos técnicos para hacerlo. Ni siquiera el estado de alarma lo impide, recordó el consejero, más allá de que la restricción de movimientos lo haga inviable en términos prácticos.
Levantar la emergencia
En realidad, la convocatoria electoral no está vinculada de manera alguna al estado de alarma, sino al fin de la emergencia sanitaria que el propio Urkullu declaró el pasado 13 de marzo, un día antes del decreto de Sánchez. Toda la responsabilidad recae por tanto en el lehendakari, que quiere contar cuanto antes con un Parlamento plenamente constituido y un Gobierno efectivo para gestionar las consecuencias económicas y sociales de la crisis del coronavirus.
Erkoreka expresó este miércoles que el líder del Ejecutivo autonómico acudirá hoy a la reunión «sin una postura preconcebida» oficialmente, aunque los documentos que aportará serán contundentes para contrarrestar cualquier alternativa. La cita, según el portavoz, servirá para «adoptar la decisión más adecuada, tomando en cuenta la situación presente y las expectativas de futuro». Un escenario que ya ha dibujado el Departamento de Salud encabezado por Nekane Murga en uno de los documentos que presentará el lehendakari y que tendrá escaso margen para la réplica. «Veremos si alguien más lleva algún otro informe», sugirió el consejero.
Equo propone que la campaña se reduzca a una sola semana
Entre los partidos de la oposición, Equo es el único que se ha posicionado claramente a favor de que las elecciones vascas sean en julio porque «un Parlamento disuelto imposibilita afrontar la reconstrucción de Euskadi». La formación ecologista, que concurre en solitario, pedirá hoy en la mesa de partidos que la campaña electoral se inicie una vez alcanzada la fase de «nueva normalidad», prevista para finales de junio, que se reduzca su duración de dos a una semana y que se promueva el voto por correo.