Santos Cerdán, primera noche «sin sobresaltos» en Soto del Real
El exdirigente socialista de 56 años permanece en el módulo de ingresos de la cárcel a la espera de ser evaluado por los técnicos y tras un traslado esposado «a 50 grados» en el furgón de la Guardia Civil
Santos Cerdán pasó su primera noche «tranquilo y sin sobresaltos» en el módulo de ingresos del centro penitenciario de Soto del Real, a 45 kilómetros ... al norte de la capital madrileña. Un complejo habitual para los primeros presos preventivos de la comunidad y puerta de acceso de otros expolíticos que algún día acabaron entre rejas, caso de Rodrigo Rato, Luis Bárcenas, Francisco Granados o Mario Conde.
A la espera de ser evaluado este martes por los técnicos del penal antes de asignarle una celda, el exdirigente socialista asimiló «rápidamente» su nueva situación personal tras el impacto inicial -la «incredulidad de algo totalmente inesperado», describen fuentes de su defensa-, que supuso escuchar al fiscal jefe de Anticorrupción, Alejandro Luzón, pedir al juez Leopoldo Puente su ingreso en prisión tras su declaración de ayer en el Tribunal Supremo.
Un cambio de postura de la Fiscalía con respecto a los otros dos integrantes del «triángulo tóxico» de Ferraz, José Luis Ábalos y Koldo García, para quienes se mantuvieron las mismas medidas cautelares tras sus comparecencias en el alto tribunal solo una semana antes. Pero a Cerdán, considerado gestor de las presuntas mordidas por el amaño de contratos de obra pública, el «alto riesgo» de destrucción, alteración u ocultación de pruebas fue el elemento diferencial que le llevó ayer a prisión comunicada y sin fianza. Una decisión del instructor que será recurrida «de inmediato» en amparo ante la Sala por su defensa.
Según el reglamento penitenciario, el que fuera secretario de Organización del PSOE permanecerá como recluso preventivo un máximo de cinco días en el departamento de ingresos. Un módulo que dicta las pautas sobre «modelos de intervención y programas de tratamiento». En este sentido, el primer paso será ocupar una celda en dicho departamento, donde será examinado por el médico «a la mayor brevedad posible».
El exdiputado nacional, nacido en la localidad navarra de Milagro hace 56 años, será entrevistado de forma posterior por un trabajador social y por el educador, «a fin de detectar las áreas carenciales y necesidades del interno». Los profesionales de Soto del Real, un centro de referencia abierto en 1992, emitirán un primer informe sobre la propuesta de separación interior en una celda, conforme a lo dispuesto en el artículo 99, o de traslado a otro centro si así se considerara. También se establece la planificación educativa, sociocultural y deportiva y de actividades de desarrollo personal para cada interno.
«Respetando el principio de presunción de inocencia, la Junta de Tratamiento, de acuerdo con dicho informe, valorará aspectos tales como ocupación laboral, formación cultural y profesional o medidas de ayuda, a fin de elaborar el modelo individualizado de intervención», fija el reglamento penitenciario.
Ficha delictiva y traslado
La llegada de Cerdán a Soto del Real, en cambio, no fue ni mucho menos tranquila. Las cinco horas aproximadamente que transcurrieron entre que el juez comunicó el auto de prisión y el traslado al centro penitenciario fue un viaje de ida y vuelta al Tribunal Supremo. Primero el investigado fue llevado en un vehículo camuflado de la Policía Nacional al complejo de Canillas, en Madrid, para realizar le pertinente ficha delictiva. Se trata de un documento que registra información detallada sobre una persona involucrada en infracciones o denuncias o que está implicada en uno o varios delitos, como es el caso de Cerdán.
Según fuentes de la defensa, «el trato fue bueno» por los funcionarios del Cuerpo, que devolvieron a Cerdán al Supremo y de ahí lo trasladaron a las dependencias anexas de la Audiencia Nacional, más equipadas, para pasar a manos de la Guardia Civil. El investigado fue subido a un furgón, engrilletado de manos, para poner rumbo a Soto del Real. La principal queja fue que en la parte trasera del vehículo, una suerte de compartimento estanco, los agentes no activaron el aire acondicionado y se alcanzaron temperaturas de «50 grados» durante la hora que duró el trayecto.
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