Sánchez pacta con Bildu «blindar» la atención en euskera en las grandes empresas vascas
La futura ley de Servicios a la Clientela obligará a las firmas a prestar «atención personalizada» y a tramitar quejas en lengua vasca
EH Bildu se apresuró ayer a apuntarse un tanto político en un terreno clave para las fuerzas nacionalistas y candente en el debate público vasco: ... el euskera. La coalición soberanista se jactó de haber «logrado garantizar», gracias a un acuerdo alcanzado con PSOE y Sumar, la obligatoriedad de la atención «personalizada» en euskera para las empresas «que operan en Hego Euskal Herria», es decir, para las compañías radicadas en las comunidades donde la lengua vasca es cooficial, Euskadi y Navarra. Un pacto con las fuerzas que sustentan a Pedro Sánchez que permitirá también facilitar que los clientes puedan presentar cualquier tipo de queja, consulta, reclamación o comunicación en euskera.
En una nota enviada a última hora de la tarde, EHBildu se vanagloriaba de que, «más allá de una intención general», las enmiendas planteadas por su grupo a la futura Ley de Servicios de Atención a la Clientela, aceptadas por PSOE y Sumar, «dotan de efectividad al respeto a los derechos lingüísticos de vascos y vascas», al especificar «en los artículos clave» de la futura norma –que entrará en vigor cuando se debata en Pleno en las próximas semanas– el «blindaje» del uso del euskera en las «relaciones comerciales» entre empresas y clientes.
La aclaración no es baladí porque el acuerdo, alcanzado en la ponencia encargada de revisar a puerta cerrada el proyecto de ley, introduce cambios significativos sobre lo anunciado originalmente por Junts, que alardeó, a mediados de septiembre, de haber forzado al Gobierno a aceptar que las grandes empresas atendieran en catalán en toda España. Una reforma legal que obligaría, según los posconvergentes, a prestar servicio en ese idioma a los trabajadores de servicios de atención al cliente de empresas de más de 250 trabajadores, que facturen más de 50 millones anuales o que presten servicios básicos de interés general. El mismo ámbito de aplicación de las medidas ahora arrancadas por EHBildu, que, sin embargo, limitan la atención en lenguas cooficiales a las regiones bilingües. Es decir, que solo será obligatorio atender en euskera allí donde el euskera es lengua cooficial. De ahí que Bildu se ufanase ayer de haber «blindado» la aplicación efectiva de la norma allí donde realmente tiene sentido.
Revuelo y confusión
El anuncio de Junts provocó no sólo un enorme revuelo político, en pleno ultimátum de los de Carles Puigdemont a Moncloa, sino también una gran confusión sobre el alcance real del acuerdo y sobre su extensión al euskera y al gallego, además de un notable enfado en las compañías afectadas. «Es irresponsable y supondrá un sobrecoste», lamentaron entonces fuentes empresariales. El ministro de Consumo, PabloBustinduy, deSumar, limitó a las comunidades con dos lenguas cooficiales la aplicación de la norma, pero el PSOE dejó en el aire si la obligatoriedad de atender en euskera, catalán y gallego afectaría a todo el país. «Lo veremos cuando se aprueben las enmiendas», deslizóPatxiLópez.
Ese momento llegó ayer y las alegaciones que llevan la firma de PSOE, Sumar y Bildu precisan el alcance geográfico de la norma a las zonas donde euskera, catalán y gallego tengan marchamo de oficialidad. «Un paso más en el camino de asegurar que cualquier ciudadano pueda vivir en euskera en todos los ámbitos tanto públicos como privados de sus vidas» y un «paso imprescindible para seguir ampliando el uso de nuestra lengua en cada vez más ámbitos y relaciones», celebró ayer EHBildu.
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