El «sacrificio por un ideal» de los supervivientes Uriarte, Etxenike y Lasagabaster
Catorce personas, todos ellos hombres y del PNV, integraron el primer Gobierno vasco de la democracia en 1980. 45 años después, sólo cuatro de ellos ... sobreviven. Son el propio Carlos Garaikoetxea y los exconsejeros Pedro Luis Uriarte, Pedro Miguel Etxenike y Javier Lasagabaster. Estos tres últimos protagonizaron en el acto de ayer un coloquio para rememorar su paso por el Ejecutivo autonómico entre anécdotas, bromas y también recuerdos duros.
«Pese a los dramas que había en este país -echó la mirada atrás Lasagabaster-, había una sensación de euforia, una especie de mística de que por fin habíamos llegado a reponer las circunstancias que se dejaron en 1937», año en el que comenzó el exilio del Gobierno vasco de José Antonio Aguirre. También Etxenike aludió a la «difícil situación en lo político y en lo social», pero destacó el «firme convencimiento de que el instrumento adecuado era el Estatuto de Autonomía» aprobado apenas unos meses antes, en 1979.
Fue en ese contexto en el que Garaikoetxea llamó a cada uno de ellos. «El lehendakari tuvo el acierto de elegir a personas que se sacrificaron por un ideal, por Euskadi, por sacar este país adelante», se congratuló Uriarte, titular de Economía y Hacienda que negoció con el Estado para lograr la autonomía fiscal. «De mí se dice exageradamente que soy el padre del Concierto Económico. Pues entonces Garaikoetxea es el aitite del Concierto, Euskadi le debe mucho», concedió al que fuera su jefe.
Como consejero de Educación, a Etxenike le tocó desplegar el sistema educativo vasco, «una transferencia que fue muy difícil de lograr», y puso el foco en la ley de normalización del uso del euskera, «un éxito político y social que le debemos al lehendakari Garaikoetxea». Lasagabaster, como titular de Obras Públicas, tuvo que desarrollar las comunicaciones entre los tres territorios, y de lo que más orgulloso está es del crecimiento en estas cuatro décadas de la red de bidegorris, término del que reivindicó la paternidad.
Los exconsejeros confesaron su «tristeza» por la pérdida de quienes les acompañaron y su «nostalgia» por aquellos tiempos, pero también reivindicaron el camino seguido en estos 45 años. Uriarte lo ejemplificó con el crecimiento del retoño del Árbol de Gernika que se plantó en Ajuria Enea, «una promesa de futuro».
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