El rechazo a la independencia se sitúa en un nivel histórico

A finales de los noventa, con el acuerdo de Lizarra, los que eran partidarios de la ruptura eran incluso más. En 1998, por ejemplo, apenas un 24% de los consultados se mostraba totalmente opuesto a la independencia, mientras que un 25% era partidario y un 36% afirmaba que podría apoyar la separación del País Vasco en función de las circunstancias.

Durante muchos años, la horquilla de los que abogan por mantenerse en España se movían entre el 30 y el 35%, pero fue el fracaso del 'procés' y la pandemia han ido elevando el número hasta ese 41%. En este momento, un 23% sí avalaría que Euskadi se convirtiese en un Estado propio y un 31% «estaría o no de acuerdo, según las circunstancias».

El sondeo también certifica el respaldo que sigue manteniendo Iñigo Urkullu una década después de llegar al poder. El 78% de los vascos muestra confianza en su gobierno, un punto más que en octubre. Es la segunda institución que más tranquilidad da a los ciudadanos, solo superada por la universidad (no se pregunta por ninguna en concreto, solo como entidad).

La gestión del lehendakari es respaldada por todos los votantes. De manera abrumadora por los del PNV, pero también por la del resto de partidos. Obtiene un 5,7, dos décimas por debajo de Maddalen Iriarte. Tanto Urkullu como la portavoz de EH Bildu son los dos únicos dirigentes políticos vascos que logran aprobar.

El resto de parámetros políticos se mantienen estables. La sociedad vasca es moderadamente nacionalista (5,1), se considera algo más de izquierdas y la inmensa mayoría esta poco o nada interesada por la política.