La preocupación por la sanidad se agrava y ya es el segundo problema de los vascos

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Los datos del último Sociómetro certifican cómo la situación de la sanidad, las listas de espera o los problemas de la atención primaria empiezan a oscurecer la imagen de una de las consideradas joyas de la corona: Osakidetza. La visión crítica que comienzan a tener los ciudadanos vascos de las prestaciones que reciben, además, coincide con los problemas que están apareciendo en otras comunidades. En los últimos meses, las huelgas y conflictos se han ido extendiendo por varias autonomías, con Madrid como principal foco de las protestas. El estudio del Gobierno demuestra que Euskadi no es una isla aparte.

La fotografía que ofrece el Sociómetro ofrece pocas dudas. En 2017, por ejemplo, apenas un 3% de los vascos situaba la gestión de la salud como uno de sus mayores problemas. La cifra fue escalando, y ya incluso antes de la pandemia se había ido elevando hasta el 8%, coincidiendo con la salida de Jon Darpón y el escándalo por las OPE en Osakidetza. La llegada del coronavirus agravó esa tendencia, pero ha sido en los dos últimos años cuando la situación empieza a ser preocupante y amenaza con convertirse en una tormenta perfecta para el Gobierno vasco. El año pasado, un 20% de los encuestados ya la colocaba como una de las cuestiones que había que mejorar de forma urgente, pero ahora ese porcentaje se ha elevado quince puntos. El incremento es transversal, se produce en todos los territorios, e independientemente de la clase social, la edad, de si el encuestado se considera de izquierdas o de derechas o de si es muy o poco nacionalista. Como en sondeos anteriores, a más edad, más preocupación.

La encuesta se realizó entre el 31 de enero y el 6 de febrero, pero para entender lo sucedido hay que mirar mucho antes. A principios de diciembre, el Gobierno vasco afrontó una crisis sin precedentes con la dimisión de varios altos cargos en Gipuzkoa, muy críticos con la gestión que se estaba realizando. La mayoría de los jefes de servicio del Hospital Donosti se plantaron, en una protesta que ha colocado a la consejera Gotzone Sagardui en una situación complicada. La situación llegó a tal punto que el propio Iñigo Urkullu llegó a reconocer una «crisis de crecimiento» y «errores». El lehendakari admitió en su mensaje de Navidad que hay «espacios de mejora».

La crisis política se sumó a las listas de espera que se han disparado por el efecto de la pandemia y los problemas en la atención primaria. A pesar de que el Gobierno vasco ha tratado de paliar estos déficit con la convocatoria de una OPE multitudinaria, también se reconoce que a corto plazo los problemas tienen difícil solución.

Algo parecido ocurre con la delincuencia y la inseguridad ciudadana, un problema que durante décadas apenas fue significativo y que poco a poco aparece como uno de los más relevantes, destacado por el 14% de los consultados. Ahora mismo es la cuarta inquietud, empatada con las dificultades para encontrar vivienda y los desahucios. La primera siguen siendo los problemas ligados al mercado de trabajo y el tercero, por detrás de la sanidad, las dificultades económicas. El Sociómetro se realizó semanas después de la muerte a puñaladas de un joven en San Sebastián y casi de forma simultánea a que el alcalde de Bilbao pidiese reforzar las medidas contra los navajeros.