El PP pide explicaciones a Azpiazu por minimizar el impacto económico de ETA

En ese foro, un exdirectivo del BBVA, Luis Ramón Arrieta, sugirió a Azpiazu la necesidad de «poner en marcha un plan especial que nos ayude a superar el problema estructural que generó la actividad de ETA durante tantas décadas, especialmente en la inversión». Fue entonces cuando el máximo responsable de Economía rebatió ese diagnóstico y redujo el impacto de la actividad de la banda armada al plano estrictamente humano.

Como era de esperar, aquellas palabras provocaron un seísmo político en Euskadi y el lehendakari se vio obligado a levantar un dique de contención el pasado domingo. Urkullu pidió disculpas en nombre de todo el Gobierno vasco por una tesis que atribuyó a una simple «malinterpretación» pero que asumió que «haya podido inducir dolor». En todo caso, negó que la intención de su compañero de gabinete fuera «minimizar» los efectos del terrorismo sino resaltar «la fortaleza de nuestra sociedad frente a ETA y, por ende, de todas las personas que han contribuido con su compromiso y esfuerzo al desarrollo económico y social de Euskadi».

Caída sin parangón

Urkullu pretendía frenar así el disgusto y el enfado palpable de voces autorizadas del socialismo vasco, como el delegado del Gobierno en Euskadi, Denis Itxaso, que recordó «la extorsión, el impuesto revolucionario, los secuestros y asesinatos y la práctica destrucción del tejido turístico» para criticar que «una frágil memoria es precisamente lo último que podemos permitirnos». Desde la oposición, el presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, también cargó contra el «insulto» del consejero, al que tildó de «negacionista».

El PP va ahora un paso más allá e interpelará a Pedro Azpiazu en el Parlamento vasco. «Los efectos negativos en la economía vasca derivados de la actividad criminal de la banda terrorista han frenado el crecimiento, las inversiones y la actividad económica», advierte Luis Gordillo en su iniciativa. El parlamentario popular preguntará al consejero de Economía «¿cuáles son los propósitos del Gobierno en relación con las medidas necesarias para paliar las graves consecuencias que ha tenido para nuestra economía la actividad criminal de la banda terrorista ETA?».

Más allá del debate y de las opiniones, el exdirectivo de BBVA Luis Ramón Arrieta -quien le hizo la pregunta a Azpiazu en el foro- señala en conversación con este periódico varios trabajos que dan cuenta del enorme impacto de ETA en la economía. Alude al informe del Colegio de Economistas que calculaba en 2021 que Euskadi, con la peor evolución de las comunidades autónomas, había perdido un 24% del PIB entre 1975 y 2020. Arrieta destaca que «no hay ningún caso en la UE ni en la OCDE donde una banda terrorista haya atacado durante tanto tiempo la economía de un país».

El propio Arrieta impulsó un estudio en el Centro de Ética Aplicada de la Universidad de Deusto y entrevistaron a más de 300 afectados por el terrorismo en el mundo económico. «La fuerte caída de la inversión durante décadas ha supuesto, en términos relativos, una pérdida de nuestro stock de capital del 43%, la mayor caída del Estado y de la UE». También implicó la deslocalización de los centros de decisión de las grades empresas y una continuada fuga de talento por la salida forzosa de unos 150.000 profesionales.