Podemos se niega a condenar la violencia en las manifestaciones por el encarcelamiento de Hasél
Calvo acusa a sus socios de «alentar» a los manifestantes pero los de Iglesias se niegan a condenar los actos violentos
La tensión permanente que se ha instalado en el Gobierno escala cada día un punto más. Ayer, el nuevo intercambio de reproches y desautorizaciones entre PSOE y Unidas Podemos llegó en plena resaca por los graves disturbios originados tras las concentraciones convocadas en Madrid, Cataluña y otros puntos de España para protestar por el ingreso en prisión del rapero Pablo Hasél. Mientras los morados evitaron condenar explícitamente los actos y pusieron el foco en cuestionar la actuación de los cuerpos policiales, los socialistas les acusaron de «alentarlas», como denunció la vicepresidenta primera, Carmen Calvo.
La dirigente del PSOE se refería en concreto a un tuit del portavoz parlamentario de la formación morada, Pablo Echenique, en el que apoyaba «a los jóvenes antifascistas que están pidiendo justicia y libertad de expresión en las calles». Se publicó el miércoles, a la 21.18 horas, cuando en la Puerta del Sol de Madrid y en las principales capitales catalanas se levantaban barricadas y se producía el lanzamiento de objetos contra la Policía Nacional y los Mossos d'Esquadra.
Lejos de matizar su mensaje, el coportavoz en el Congreso de Unidas Podemos, Rafael Mayoral, evitó ayer condenar explícitamente estos actos violentos pese a ser preguntado directamente por ello. Por contra, insistió en el discurso de su partido sobre la falta de «normalidad democrática» en España para explicar las protestas. «Hay sectores que no quieren abordar los problemas de fondo, que tratan de abordarlos como problemas de orden público», afirmó.
Mayoral, uno de los dirigentes más cercanos a Pablo Iglesias, ligó la agresión de dos policías fuera de servicio a un vecino de Linares -que también desembocó en algaradas- con la respuesta policial a las concentraciones por la libertad de Hasél para cuestionar la actuación de los cuerpos de seguridad del Estado. «El problema es que cuando no se hacen las cosas bien, quienes no hacen las cosas bien no reciben reprimendas», insistió. Su compañero de partido, y presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Jaume Asens, se limitó a solidarizarse con «los represaliados por la actuación de los Mossos».
Estas declaraciones cayeron como una bomba en el Ministerio del Interior, que dirige Fernando Grande-Marlaska. Desde sus cuentas oficiales cerraron filas y mostraron un apoyo total a la labor de los policías de las unidades de antidisturbios frente a «una minoría de violentos». El delegado del Gobierno en Madrid, el socialista José Manuel Franco, llegó a reconocer que se estaba «mordiendo la lengua» para evitar decir «lo que pienso» sobre Echenique.
La oposición, en tromba
En esta ocasión, Carmen Calvo fue la socialista que con más claridad transmitió la postura de su partido. La 'número dos' del Gobierno señaló en la cadena Ser que «una cosa es defender que una democracia sea exigente y otra alentar una situación con heridos y detenidos». Además, considera que estas manifestaciones «no procedían porque no estaban comunicadas y causaron detenidos y destrozos». Acontecimientos que, a su juicio, «no tienen que ver con la libertad de expresión».
La oposición tampoco dejó pasar la oportunidad de ahondar en esta nueva brecha en el Consejo de Ministros. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, pidieron a Pedro Sánchez la dimisión «inmediata» del vicepresidente Pablo Iglesias. Todo, después de que los grupos de Más Madrid y Unidas Podemos en la Asamblea regional se negaran a respaldar una declaración institucional de condena ni trasladar sus «sinceros deseos de recuperación» a los policías heridos en las algaradas.
La discusión también trasladó al pleno del Congreso. La portavoz de los populares, Cuca Gamarra, llegó incluso a comparar a Unidas Podemos con el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, en referencia al asalto al Capitolio del pasado 6 de enero. Por su parte, el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, cargó contra «los políticos que están haciendo una incitación a la violencia en las redes sociales» y el portavoz adjunto de Cs, Edmundo Bal, consideró «gravísimo» el mensaje de los morados.