El PNV lanza un aviso a Sánchez y se une al PP para exigirle que «asuma su responsabilidad»
La abstención jeltzale permite infligir otra derrota parlamentaria al Gobierno y eleva la presión respecto al 'caso Cerdán'
Primero se «sorprendió» de que Pedro Sánchez diera credibilidad al informe de la UCO sobre Santos Cerdán como si fuera «casi una sentencia», línea roja ... que esgrimió hace siete años para derribar un Gobierno. Luego le garantizó su apoyo, aunque con el aviso de «permanecer vigilante». Después quiso poner algo más de distancia por temor a que aparecieran «otros audios, otros datos» que extiendan la mancha de la presunta corrupción a más cargos del PSOE o incluso del Ejecutivo. Y más tarde, en el cara a cara en La Moncloa, contribuyó a relajar la presión sobre el presidente al comprometerse a «no mercadear», a no aprovecharse de la crisis para lograr más réditos.
En la ducha escocesa que el PNV está dando a Sánchez, termómetro elocuente de sus delicados equilibrios por tratar de mantener viva la legislatura sin sufrir al mismo tiempo el desgaste como socio de un partido bajo la lupa, ayer tocó un jarro o más bien un chorro de agua fría, muy fría. Los jeltzales lanzaron un severo aviso a navegantes al demostrar que son capaces de unirse al bloque de la derecha (PP y Vox) para poner en apuros al Gobierno. Y es que su abstención resultó del todo decisiva para que el Congreso exigiera al presidente que comparezca de forma «urgente» y asuma su «responsabilidad» ante el escándalo.
Los cinco diputados del PNV apretaron el botón amarillo sabiendo que su decisión haría inclinar la balanza hacia el 'sí', dado que ningún otro socio parlamentario de Sánchez quiso contribuir al éxito de la iniciativa del PP. Y eso pese a que la votación se troceó para permitir que los grupos apoyaran determinados puntos sin comprometerse con todo el texto, en el que también se reconocía la «labor y profesionalidad» de la Guardia Civil en las investigaciones, algo cuando menos incómodo para cualquiera de las formaciones nacionalistas e independentistas.
A diferencia de Junts, ERC o EH Bildu, los jeltzales no tuvieron remilgos en abstenerse en todos y cada uno de los párrafos de la moción del PP: el primero, el mencionado sobre la «profesionalidad» de la UCO, contó incluso con el voto a favor de PSOE y Sumar; no así el segundo, para «detener los ataques» a la Guardia Civil por parte del Gobierno tras la difusión del bulo de la bomba lapa; ni el tercero, el más relevante, para instar a Sánchez a que dé explicaciones ante la Cámara baja sobre las «diferentes tramas de corrupción» que rodean al PSOE.
El PNV, por tanto, se erigió de pronto en el socio más exigente de todos cuantos sostienen al mandatario socialista en La Moncloa. Es más, 24 horas después de su reunión sin fotos en La Moncloa, Maribel Vaquero llegó a acusar a Sánchez de falta de seriedad por pretender mezclar en su comparecencia del 9 de julio -los jeltzales querían que se adelantara- temas tan variopintos como el 'caso Cerdán', la cumbre de la OTAN y la última reunión del Consejo Europeo. «Pedimos celeridad y transparencia, no porrusalda. Así no», se quejó la portavoz jeltzale en el Congreso, quien pedirá que haya una intervención monográfica, al margen del resto de temas.
El precedente con Venezuela
Que el PNV una fuerzas con el PP -e incluso con Vox- para infligir una derrota al Gobierno de Sánchez no es algo habitual. La anterior vez fue en septiembre, cuando secundó la moción para reconocer a Edmundo González como presidente electo de Venezuela, aunque Aitor Esteban, entonces portavoz y ahora presidente, se esforzó en acotar esa decisión a la postura histórica de Sabin Etxea sobre el país sudamericano y en negar un acercamiento a Génova. Este nuevo apoyo vía abstención tampoco significa que los jeltzales hayan cambiado de caballo, pero sí traslada el mensaje de que no siempre van a comulgar con ruedas de molino.
El apoyo del PNV a una eventual moción de censura liderada por Alberto Núñez Feijóo -ayer Borja Sémper pidió a los nacionalistas que recapaciten- sigue siendo inviable porque supondría retratarse con Vox, esta vez en algo que va mucho más allá de una mera proposición no de ley. La formación jeltzale, de hecho, no está interesada en que el Gobierno de Sánchez caiga porque tiene firmados compromisos como la culminación del Estatuto de Gernika. Aun así, a la vista de cómo avanzan los acontecimientos, se va preparando ante un posible final abrupto de la legislatura nacional.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.