Pensiones no contributivas: cuántos vascos las cobran y qué requisitos se exigen
La nómina mensual de las pensiones no contributivas, que ronda los 200 millones al mes, aumentará en otros 30 al menos hasta final de año
Las pensiones no contributivas, que aumentarán un 15% al menos hasta final de año tras el pacto del Gobierno con EH Bildu, son prestaciones económicas que se reconocen a aquellos ciudadanos jubilados o discapacitados que se encuentran en situación de necesidad y carecen de recursos suficientes para su subsistencia, aunque no hayan cotizado nunca a la Seguridad Social o no lo hayan hecho el tiempo suficiente para tener derecho a una pensión contributiva. A estos efectos, en este año 2022 se considera que existe carencia de ingresos suficientes cuando el beneficiario no alcanza los 5.899,60 euros anuales.
Esta pensiones no van a cargo de la Seguridad Social, sino que se financian con los Presupuestos Generales del Estado, y según los últimos datos del Ministerio de Asuntos Sociales, correspondientes a abril, en España había en ese mes 444.868 beneficiarios, de los que 264.102 era de jubilación y 180.766 de invalidez. La nómina total de estas prestaciones ascendía a 196,37 millones de euros en dicho mes. Tras el pacto de ayer, la factura mensual se incrementará en unos 30 millones al menos hasta el 31 de diciembre.
En Euskadi había 12.701 pensiones no contributivas (6.711 de jubilación y 5.990 de invalidez) que sumaban un importe de 5,5 millones de euros. Cabe destacar que del total nacional, más de una de cada cinco (el 21,5%) de este tipo de prestaciones corresponden a Andalucía. Las que se abonan en el País Vasco solo suponen el 2,8%.
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La cuantía final de la prestación varía con una reducción en función del número de personas convivientes en una misma unidad económica. Así, por ejemplo, si son dos las personas convivientes el límite acumulado entre ambas se sitúa en 10.029,32 euros; si son tres, en 14.159,04, y así sucesivamente.
Este tipo de prestaciones cubren situaciones de jubilación e invalidez. Para las primeras, es preciso tener al menos 65 años, residir actualmente en territorio español y haberlo hecho durante 10 años desde que el beneficiario cumplió los 16 años y hasta el devengo de la pensión, de los que dos han de ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha de la solicitud de la pensión.
En cuanto a la no contributiva de invalidez, se ha de tener entre 18 y 65 años, un grado de discapacidad de al menos un 65%, residir en territorio español y haberlo hecho durante un periodo de cinco años, de los que dos han de ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha de la solicitud.
Límites fijados
La cuantía individual de la pensión se calcula en función de las rentas personales y de las de su unidad económica de convivencia, pero no puede ser inferior a la mínima del 25% -establecida para el caso de jubilación en 105,35 euros al mes por 14 pagas- ni superior a la íntegra de 421,40 euros mensuales también por 14 pagas. Si dos personas de la misma unidad de convivencia son beneficiarias del mismo tipo de pensión no contributiva, la prestación para cada una será de 358,19 euros al mes.
Los pensionistas de invalidez no contributiva cuyo grado de discapacidad sea de al menos el 75% y acrediten la necesidad de ayuda de otra persona para su vida cotidiana pueden percibir, además, un complemento del 50%, lo que situaría su prestación en los 632,10 euros mensuales.
