El Gobierno vasco concluye la exhumación de los desaparecidos del franquismo

La búsqueda de los fallecidos durante la Guerra Civil se ha convertido en un objetivo en el que han coincidido durante las últimas dos décadas los gobiernos de Juan José Ibarretxe, Patxi López e Iñigo Urkullu. En colaboración con la sociedad Aranzadi, las exhumaciones se han ido intensificado durante los últimos años. En la mayoría de los casos, se trata de milicianos, gudaris y civiles.

De los 110 cuerpos hallados, según los registros de Gogora, 70 eran de combatientes, 26 pertenecen a víctimas de ejecuciones extrajudiciales y otros 14 a personas muertas en cautividad. El paso del tiempo ha hecho, en todo caso, que las identificaciones hayan resultado limitadas. Solo a 27 se les ha podido poner nombre y apellido. Y de ellos, solo una era mujer, Mónica Barrón del Val.

El hecho de que el Gobierno haya dado por finalizada esta búsqueda no es un portazo definitivo. Como se encargó de subrayar ayer Aintzane Ezenarro, la directora de Gogora, no es descartable que en un futuro pueda producirse «algún nuevo hallazgo». Un mensaje destinado a aquellas personas que aún confían en que los restos de sus familiares puedan ser localizados. Sin embargo, Ezenarro también quiso evitar dar falsas esperanzas. «Es evidente que no vamos a recuperar todos los restos humanos que se perdieron tras la Guerra Civil en Euskadi. Han pasado más de 85 años y nuestra geografía ha cambiado mucho. Es imposible, no se puede generar esa expectativa de que vamos a recuperar todos», aseguró.

La máxima responsable de Gogora, en Radio Vitoria, afirmó que ahora se trata de ir un paso más allá, de centrarse en la recuperación y divulgación de la memoria histórica. A su juicio, «la memoria es absolutamente necesaria» porque «el olvido genera un vacío ético y hay que combatirlo».

«Es necesario que conozcamos todo lo que ha ocurrido en nuestro pasado reciente, todo lo que ha supuesto anteponer una causa política a la dignidad y la vida humana, para valorar en toda su dimensión todo lo que esto supone y poder ahora construir una convivencia mejor que la que hemos tenido», señaló Ezenarro. En su opinión, «aflorar la verdad es también hacer justicia, la que reclaman las propias víctimas». «Una vez sacada a la luz la verdad, hay que divulgarla», subrayó.

Sus palabras llegan dos semanas después de que el Gobierno de Iñigo Urkullu aprobase el anteproyecto de Ley de Memoria Histórica y Democrática de Euskadi, que contempla, entre otras medidas, sancionar con entre 200 y 150.000 euros las excavaciones sin autorización, el destrozo de fosas o la celebración de actos que supongan una exaltación de la dictadura y atenten contra las víctimas.

Ezenarro, en todo caso, se mostró esperanzada en que no haya demasiados problemas en Euskadi. «Desconozco asociaciones franquistas o que hacen apología del franquismo. Eso no quiere decir que no pueda haber algún acto vandálico, no lo sé. Pero no es ese el problema», indicó.