Así se cocinó el arriesgado ascenso de Esteban a la presidencia del PNV
Crisis ·
La semana más convulsa de la historia reciente del PNV, que acabó este jueves con la salida de Ortuzar, es sólo el epílogo de meses de maniobras secretas por el poderPara entender cómo ha logrado el diputado Aitor Esteban Bravo, a punto de cumplir los 63 años, hacerse con la vara de mando en el ... PNV sin siquiera ganar la primera vuelta del proceso interno y sin representar un relevo generacional ni un liderazgo de futuro a varios lustros vista, hay que echar la vista atrás. Quizá no sea necesario rebobinar en la línea temporal hasta aquellas asambleas en Artea en las que Xabier Arzalluz le trataba de usted para contrarrestar el ímpetu que el joven jeltzale, afiliado desde los 16 años, mostraba ya desde entonces. Pero sí, como mínimo, hasta el pasado 8 de julio, la fecha de un EBB extraordinario que la cúpula saliente, encabezada por Andoni Ortuzar, convocó para empezar a perfilar las decisiones que habrían de tomarse en los meses venideros, claves por la exigencia de acometer una renovación interna que actuase como revulsivo ante el declive electoral de la sigla en las elecciones autonómicas de abril y en las europeas que acababan de celebrarse.
Publicidad
Noticia relacionada
«Hasta abril el presidente es Ortuzar», recuerda el portavoz en el Congreso
El panorama era negro. Bildu apretaba como nunca. Aunque la apuesta por Imanol Pradales empezaba a dar muestras de que podía funcionar bien, el relevo de Urkullu en noviembre de 2023, traumático por cómo se consumó, en contra de los deseos del exlehendakari, convencido de que su Gobierno no podía ni debía asumir la factura completa del retroceso en las urnas, había dejado al partido en estado de 'shock'. Ortuzar comete entonces un «error de cálculo» que, a la luz de los acontecimientos y según todas las fuentes consultadas internamente, ha acabado por resultar letal para sus aspiraciones de continuar al frente del PNV hasta 2029 y ha levantado el telón sobre las maniobras secretas por el poder que se han ido cocinando entre bambalinas durante los pasados meses.
Consciente de que las estructuras del partido exigen una reacción enérgica a la crisis de resultados, de que el debate sobre la conveniencia de limitar los mandatos está abierto entre las bases y de que él mismo había amagado con marcharse en 2020, antes de la pandemia, el burukide de Sanfuentes decide no postularse abiertamente para seguir pero tampoco cerrarse puertas, por si acaso. En definitiva, opta por ganar tiempo, creyendo que la contestación interna a su figura se limita al sector crítico que lideran figuras veteranas del partido como Alberto Pradera o Iñaki Anasagasti y sin sospechar, en principio, que la mitad del potente aparato de Bizkaia acabará por volvérsele en contra.
Sostiene ante el EBB que «su tiempo se ha acabado» pero se ofrece a la vez como el 'plan B' por si no surge un candidato mejor. Se hace una foto de unidad con todos los presidentes territoriales en una fecha muy simbólica para el PNV, el 31 de julio, festividad de San Ignacio y aniversario de la fundación de la sigla. Allí están, a su lado, José Antonio Suso, Joseba Egibar... e Itxaso Atutxa. Ortuzar, concluyen ahora en el partido, «subestimó» a la anterior presidenta del Bizkai. No supo ver ni su fortaleza en el territorio ni sus aspiraciones.
Publicidad
Porque si hay una figura clave en esta historia, no cabe duda, es la de Atutxa, esposa de Esteban, y puntal de una de las sagas clave en el PNV, la que comenzó su padre, Javier Atutxa, 'el Capi' (había sido capitán de la Marina mercante), que fue, como ella, presidente del BBB y burukide del EBB. Otra de sus hijas, Amaia, es la presidenta de la comisión de garantías y control que arbitra el proceso interno y la más pequeña, Leire, está casada con Eneko Arruabarrena, director de Metro Bilbao, que votó por Ortuzar en su organización, la de Leioa. Para el entorno de Esteban, una prueba clara de que no había una operación orquestada por familias del partido para aupar al portavoz en el Congreso a la quinta planta de Sabin Etxea.
A Javier Atutxa se le considera el «padrino» e impulsor de la generación que fue tomando el poder en la época de Xabier Arzalluz, los célebres 'jobuvis'. Una camaradería que se ha mantenido intacta hasta hace relativamente poco y que ahora ha saltado definitivamente en mil pedazos. A la ruptura de relaciones de Urkullu con Ortuzar y su círculo más próximo se suma el evidente distanciamiento entre el todavía presidente y su virtual sucesor. Esteban, cuyo entorno se esfuerza por cerrar filas y pasar página al encontronazo, ni siquiera admite familias dentro del futuro EBB pactado entre ambos con la aquiescencia del sector soberanista guipuzcoano. Un acuerdo alentado por pesos pesados respetados en el PNV, incluido el expresidente del EBB Josu Jon Imaz, hoy en Repsol, que advirtieron a ambos dirigentes vizcaínos del riesgo de romper el partido si seguían adelante.
Publicidad
La «ambición» del rival
El fruto de ese pacto es una plancha cerrada, pese a que los estatutos no avalan esa práctica, que saldrá adelante, se supone, con un fuerte respaldo de la afiliación y con la única oposición, ya meramente simbólica, de los candidatos de la 'tercera vía' representada por Eneko Lekue.
El portavoz abrazó su paso a segunda vuelta con un reconocimiento a su «amigo» Ortuzar. El aludido, ya de retirada, también llamó a la unidad pero dejó 'perlas' nada inocentes en su adiós, como la alusión a la «ambición» de la candidatura rival. Es, sin duda, una larga cambiada a Atutxa, por quien Ortuzar ha confesado en privado sentirse «traicionado». «Esto no es una victoria de Aitor, es un triunfo del matrimonio Esteban-Atutxa, que se las ha arreglado para moverle la silla», apunta un exdirigente vizcaíno. A la hora de decantar este pulso ha sido clave el apoyo de los exburukides del Bizkai que no han seguido en la ejecutiva del nuevo presidente, Iñigo Ansola (aupado por Ortuzar y su 'hombre fuerte', Joseba Aurrekoetxea), y de buena parte de los altos cargos de la Diputación, casi todos ellos fieles a la expresidenta.
Publicidad
¿En qué momento Esteban y Atutxa deciden que ha llegado su momento, si es que eso sucede así? Hay casi tantas versiones como alderdikides: algunas apuntan a que la expresidenta habría visto frustradas sus aspiraciones de liderar el EBB o convertirse en la primera mujer candidata a lehendakari por el PNV -una posibilidad que sonó insistentemente hace unos años- y había depositado ahora sus expectativas en el ascenso de su marido. Otros creen que Atutxa, productora audiovisual, contemplaba ser designada consejera de RTVE, un puesto que finalmente Ortuzar acordó con el Napar de Unai Hualde y fue para María Solana.
Eso ocurre a finales de octubre. Para entonces, ya ha arrancado el proceso de renovación de las ejecutivas territoriales y ha emergido la figura de Ansola, exdirector del EVE, como candidato de Sabin Etxea -es decir, de Ortuzar- a presidir el BBB en sustitución de Atutxa. Lo logra sin problemas frente al aspirante alternativo, David Salinas, aunque no era el perfil por el que apostaba la expresidenta. Que el partido en Bizkaia ya se estaba resquebrajando entonces se ha demostrado ahora, cuando Ansola no ha logrado que el todavía líder del EBB ganase en su organización, Markina, donde se impuso Esteban.
Publicidad
Medios cercanos al diputado en Madrid sostienen que, para entonces -entre finales de septiembre, cuando se pone en marcha en el Alderdi Eguna el largo calendario hacia la Asamblea General, y primeros de octubre- quien tenía «la autoridad para ello» ya le había pedido que diera un paso al frente para postularse como futuro líder del EBB. En el entorno de Ortuzar se sostiene una versión incompatible con la anterior: que, coincidiendo con la elección de las territoriales, Sabin Etxea encargó a «referentes» del partido un sondeo interno sobre quién debía coger las riendas del que no salió una alternativa clara a Ortuzar. Esteban no convencía, dicen, porque no se percibía como un recambio real o porque no se veía claro 'desvestir' la portavocía en Madrid.
Para entonces, la máxima que Ortuzar esgrimió en el arranque del curso político a finales de verano en Zarautz -proyecto, organización y personas, por ese orden- ya se había dado la vuelta. Cuando parecía claro que Ortuzar se marchaba, empieza a cundir la impresión de que se lo está pensando. En una entrevista en EL CORREO publicada el 15 de diciembre, a apenas un mes de que expire el plazo para comunicar si sigue, deja «el 50%» de su decisión en manos de lo que le pidan las bases.
Noticia Patrocinada
«No escuchó»
Internamente, el mensaje se recibe con desconcierto. Se interpreta como lo que es, un intento de justificar que se queda. O que quiere quedarse, al menos. Su entorno sostiene que, para entonces, la candidatura de Esteban ya había dado forma a un «grupo de trabajo» para impulsarla y había empezado a moverla discretamente entre sus afines, aunque Ortuzar no sospechaba nada. La otra parte lo niega rotundamente. Llega entonces la entrevista con Susanna Griso en las horas decisivas antes de que arranque el proceso. Esteban da un paso al frente con un mensaje que, visto lo visto, era toda una declaración de intenciones. «Siempre he estado donde el partido me ha pedido». Fue una manera de manifestar su impaciencia y de reclamar vía libre, de exigir una señal que «no acababa de llegar». Ortuzar guardaba silencio pero el 18 de enero, dos días después de esa aparición de Esteban en Antena 3, enseñó sus cartas y dio un paso adelante, que resultó ser un paso en falso. «No escuchó a la afiliación», sostienen sus detractores.
20 de enero. Arranca la primera vuelta. Esteban empieza a ganar, sin hacer ruido al principio, en determinadas asambleas. Tres batzokis de Gipuzkoa, uno en Bizkaia... Hasta el miércoles 22 de madrugada, según fuentes de su candidatura, no «da el consentimiento» para que su nombre se proponga con libertad en los batzokis. Pero viendo que se seguía especulando con su retirada, de nuevo con nocturnidad -de nuevo pasada la una de la madrugada, esta vez del sábado 25- detona la bomba definitiva, el tuit en el que se declara «abrumado y agradecido» por el apoyo de las bases. El resto es historia.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión