Andueza recupera la presidencia del PSE y escoge a la alavesa Cristina González
El congreso de este fin de semana en San Sebastián alumbrará una ejecutiva con caras nuevas, pero se mantendrá el núcleo duro con Morales y Gil
El PSE-EE recuperará a partir del congreso de este fin de semana la figura de la presidencia del partido, un cargo más bien simbólico ... en la práctica pero con largo recorrido histórico y predicamento interno que Eneko Andueza decidió dejar vacante al llegar a la secretaría general en 2021. De cara a su segundo mandato, el dirigente socialista ha optado por reincorporar esta función al organigrama y encomendársela a Cristina González, quien abandonará el liderazgo de la formación en Álava en las próximas semanas y se convertirá en la primera mujer en presidir la organización vasca.
A diferencia de otras formaciones pero al igual que en el PSOE, en el PSE-EE la presidencia es una figura con más simbolismo que responsabilidad. Los estatutos le atribuyen funciones como «presidir los actos orgánicos, moderar las reuniones de la comisión ejecutiva y acreditar con su firma todos los documentos políticos y orgánicos». En definitiva, competencias bastante limitadas en comparación con las del secretario general, el auténtico líder de la formación, quien es «el portavoz cualificado, ostenta la representación política del partido y coordina los trabajos» de la dirección.
Aun así, se trata de un cargo que se reserva a figuras con peso en el partido y que sirven como «pegamento interno». Por ese cometido han pasado históricos de la talla de Ramón Jáuregui, Txiki Benegas, Jesús Eguiguren e Iñaki Arriola. Este fue el último en ostentar la presidencia cuando la secretaria general del PSE-EE era Idoia Mendia. Al producirse el relevo al frente del partido en 2021, Andueza decidió no nombrar a nadie, máxime cuando el propio Arriola, consejero en ese momento, era hombre y de Eibar, como él. Esa circunstancia descuadraba los siempre delicados equilibrios internos en todo partido.
Casi cuatro años después, Andueza apuesta por reactivar el cargo y concedérselo a González, quien ya ha anunciado que no optará a la reelección como líder del PSE-EE en Álava después de tres mandatos. La actual teniente de diputado general ve premiada así su labor en una organización que cuando tomó las riendas, en 2014 y en sustitución de Txarli Prieto, estaba sumida en una profunda división interna. La federación alavesa exhibe ahora una imagen de unidad que se escenificará con la proclamación del consejero Javier Hurtado como nuevo líder en un proceso al que, salvo sorpresa, no concurrirá ningún otro candidato.
Perfiles complementarios
La incorporación de González a la presidencia del PSE-EE busca, según fuentes internas, proyectar una voz «serena y reflexiva» desde la sala de mandos del socialismo vasco. Un perfil complementario al de Andueza, quien se caracteriza por un tono más vehemente y dado al cuerpo a cuerpo con otros partidos, incluso con sus socios. Sin ir más lejos, esta última semana ha protagonizado un duro enfrentamiento con el PNV al achacar «falta de impulso» a los consejeros jeltzales del Gobierno vasco.
La recuperación de la presidencia será la gran novedad de la ejecutiva que saldrá del congreso del PSE-EE, que comienza mañana en el Palacio Kursaal de San Sebastián y se extenderá hasta el domingo con la participación entre medias, el sábado, de Pedro Sánchez. La dirección de los socialistas vascos incorporará nuevas caras, sobre todo mujeres, pero el núcleo duro de Andueza se mantendrá inalterable, con Miguel Ángel Morales al frente de Organización y Begoña Gil como secretaria de Política Institucional.
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