Alonso lima asperezas con Casado y logra su aval para que el PP vasco sea más autónomo
El presidente nacional comió ayer en San Sebastián con la dirección regional, que le pidió «respeto y confianza» ante su giro estratégico
Era el lugar y momento adecuados. Pablo Casado participaba ayer en San Sebastián en las jornadas de trabajo del Partido Popular Europeo (PPE). Era ... su primera visita a Euskadi después de las últimas elecciones y, sobre todo, tras el anuncio de los populares vascos de convocar una convención extraordinaria para buscar un perfil político propio que les permita distanciarse de la organización nacional liderada por el propio Casado y de su discurso 'derechizado'. Una maniobra imprescindible, en opinión de la dirección de los populares vascos, para tratar de garantizar la viabilidad del partido en Euskadi, donde en los últimos años ha sufrido un «preocupante» desplome electoral y pérdida de influencia política a raíz, sobre todo en los últimos meses, de ciertos planteamientos controvertidos del nuevo presidente nacional.
Este movimiento había despertado ciertos recelos en Génova, por lo que Alfonso Alonso y su equipo querían mantener un encuentro cara a cara con Casado para explicarle con calma y al detalle los pormenores de su apuesta estratégica. La ocasión llegó ayer en el restaurante Juanito Kojua de la Parte Vieja donostiarra. En la mesa, Pablo Casado; Alfonso Alonso; la secretaria general, Amaya Fernández; y los tres presidentes territoriales: Borja Sémper, Raquel González e Iñaki Oyarzábal.
Según las fuentes consultadas, durante el almuerzo privado, que se prolongó casi dos horas, los dirigentes vascos 'radiografiaron' a Casado las causas del crítico momento que atraviesa el PP vasco y le transmitieron que el discurso que desde Génova se ha hecho en los últimos meses -las propuestas de recentralización de competencias, Ertzaintza y cercanía a Vox-, lejos de aportarles más apoyos, en Euskadi les ha hecho mucho daño. Tanto, que parte de su electorado tradicional optó por votar el PNV.
En la reunión se habló con «franqueza», se limaron las posibles asperezas levantadas en las últimas semanas y no hubo reproches de ninguna de las partes. Tampoco por parte de Casado, pese a que Alfonso Alonso y Borja Sémper han sido dos de los dirigentes más críticos con la línea política del nuevo presidente, y que desde Euskadi no se comunicó previamente su intención de convocar una convención extraordinaria. La parte vasca transmitió al líder nacional su hoja de ruta y su determinación en completar este proceso de 'refundación' basado en el foralismo y en las 'especificidades' del PP vasco dentro del PP nacional. «Queríamos explicarle lo que vamos a hacer, no pedirle permiso», resumió una de las personas presentes en el almuerzo.
Desde la parte vasca se reclamó a Casado « respeto y confianza» en ellos para afrontar este nuevo tiempo político. Alonso disipó cualquier duda sobre que el PP vasco esté inmerso en una operación interna para desestabilizar al presidente nacional, sino que sólo busca más autonomía, marcar su propio espacio de centro dentro de la organización nacional y de la política vasca. Y para apoyar este argumento, se puso sobre la mesa el ejemplo del 'anfitrión' de la cita, Borja Sémper, el único candidato del PP de capital de provincias que logró subir en votos el pasado 26-M con una campaña muy personal alejada de la marca nacional.
Posibles acuerdos con Vox
Las fuentes consultadas aseguran que Casado valoró el trabajo realizado por el PP vasco y la relevancia que tiene dentro del partido, y en ningún momento se posicionó contrario o mostró dudas sobre el camino que va a emprender después del verano. Ese aval a Alonso y su equipo se vio refrendado al aceptar el presidente de los populares la propuesta de asistir como invitado a la convención, que se celebrará también en San Sebastián los días 13 y 14 de septiembre.
Quedar por ver ahora cómo logra el PP vasco imprimir ese nuevo carácter a su marca, mientras a nivel nacional los populares negocian acuerdos con Vox para formar gobiernos autonómicos. En Euskadi se confía en que ese entendimiento se quede sólo en pactos de investidura y no se traduzcan en ejecutivos de coalición, hipótesis que lastraría las opciones de los populares en las elecciones autonómicas que deben celebrarse en menos de un año.
Juncker y Tajani arropan al líder conservador
La celebración en San Sebastián de las jornadas de trabajo del PPE permitió ayer a Pablo Casado mostrar su perfil más europeísta, imagen que cultiva cada vez que tiene ocasión. Por la mañana se le vio compartir confidencias con el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, y el candidato a presidir la Comisión Europea, Manfred Weber -con ambos participó en una ofrenda floral a las víctimas del terrorismo-. Y por la tarde departió con el actual presidente, Jean-Claude Juncker, que llegó con el tiempo justo a la ciudad.
Pero Casado no sólo se codeó con la cúpula de la UE. Al mediodía paseó por la Parte Vieja -quiso conocer el restaurante donde ETA asesinó a Gregorio Ordóñez-, y tuvo tiempo de fotografiarse con decenas de turistas que le vitorearon y hasta saludar uno a uno a los ertzainas desplegados en el Boulevard.
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