La pinza Iglesias-Feijóo
Después de muchos sinsabores, ayer fue sin duda el día de Irene Montero. La ministra de Igualdad vio cómo el Congreso aprobaba con el voto ... de la mayoría de la investidura sus otras dos leyes estrella de la legislatura, tras la del 'sólo sí es sí'. Se trata de la 'ley trans', en la que Unidas Podemos ha impuesto sus tesis frente a las convicciones históricas del feminismo vinculado al PSOE. Y la reforma de la ley del aborto de Zapatero de 2010 –de la socialista Bibiana Aído, para ser más preciso–, cuya constitucionalidad acaba de avalar el TC. El texto amplía el derecho a interrumpir su embarazo a las menores de entre 16 y 18 años sin permiso paterno en centros públicos y regula por fin con criterios estrictos el derecho de los médicos a la objeción de conciencia.
Pero si el de ayer fue un día de sonrisas y fotos para la ministra podemita, ocurrió todo lo contrario con Pedro Sánchez y con Alberto Núñez Feijóo. El líder del PSOE, acorralado por la subida imparable de la cesta de la compra y la imposibilidad de llegar a un acuerdo con sus socios de Unidas Podemos para corregir los efectos negativos derivados de un artículo de la ley del 'solo sí es sí', por lo demás una excelente norma. El del PP, más que incómodo con el fallo del TC que ratifica la ley de plazos para el aborto de 2010. Resolución que ha decidido acatar –eso sí, negando que la interrupción del embarazo constituya derecho fundamental alguno– para enfado de los sectores católicos más conservadores de su propio partido y satisfacción de Vox, que se ha lanzado en busca de apoyos en semejantes aguas revueltas.
Pero, al margen de subidas y bajadas de ánimo coyunturales, la pelea política sigue centrada en las elecciones locales de mayo y en las generales de diciembre. Y las encuestas avisan tozudamente a Sánchez que son dos los problemas que amenazan con causar al PSOE una sangría de decenas de miles de votos. El primero, las 523 rebajas de pena y las 46 excarcelaciones de condenados por delitos sexuales habidas hasta ahora, y que proseguirán durante mucho tiempo. Y el descontrol de los precios de los alimentos que está destrozando miles de economías familiares.
El presidente se siente atrapado por la pinza política que ejercen a su izquierda y a su derecha, Pablo Iglesias y Alberto Núñez Feijóo. Una pinza en la que ambos ganan y en la que el único que pierde es el PSOE.
Sánchez no ocultó ayer su malestar por la imposibilidad de pactar con UP una solución al problema de la ley del 'sólo sí es sí'. Y es que mientras los socialistas instan a su aliado a negociar una salida, éste asegura que no hay negociación pese a haber enviado hasta seis propuestas al socio mayor, que ni unos ni otros desvelan.
En esta bronca quien pierde es el PSOE y quien gana, Pablo Iglesias. Porque Podemos se muestra fuerte ante su electorado. Mantiene firme su alianza con ERC y la izquierda abertzale. Y encoge de día en día la figura de Yolanda Díaz, algo relevante para cuando toquen negociar las cuotas podemitas en Sumar. El presidente tiene la opción de tirar para adelante con el PP. Pero la trampa envenenada que le ha tendido Feijóo sería demoledora para el PSOE y para el futuro del Gobierno de coalición. Las espadas siguen en alto.
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