El barrizal navarro
Navarra recuperará en exclusiva la competencia de tráfico para su Policía foral el 1 de julio. El acuerdo entre las administraciones de Madrid y Pamplona ... fue anunciado ayer por la presidenta de la comunidad vecina, la socialista María Chivite. El compromiso que convertirá al viejo reyno en la tercera comunidad autónoma en ejercer esta competencia –tras Euskadi, en 1982, y Cataluña, en 1998– no ha sido ni sencillo ni rápido. Y si durante décadas fue una reivindicación compartida por casi todo el arco político navarro, ahora ha originado opiniones divergentes.
La comunidad foral se encargó del tráfico durante décadas. Fue el dictador Franco quien le arrebató la competencia en los años 60 del siglo pasado, con el general Camilo Alonso Vega al frente del Ministerio del Interior franquista, para dársela a la Guardia Civil. La primera tentativa para que la Policía foral volviese a encargarse de la materia la llevó a cabo Miguel Sanz. El entonces líder de UPN y presidente del Gobierno foral, Miguel Sanz, anunció en 2000, tras entrevistarse con el presidente José María Aznar, que le había arrancado el compromiso de que la competencia le sería devuelta a Navarra en un año.
Pese a que entonces UPN y PP caminaban de la mano, Aznar incumplió su promesa a Sanz. Y ninguno de los siguientes presidentes, ni José Luis Rodríguez Zapatero ni Mariano Rajoy, materializaron el traspaso. El asunto se retomó hace un lustro. La entonces presidenta navarra, la abertzale Uxue Barkos, muy próxima al PNV, exigió a Pedro Sánchez el traspaso, que éste prometió analizar. Luego el asunto se adentró en la política partidaria pura y dura, y todo comenzó a enfangarse. Hasta ahora.
Ortuzar reclamó la competencia para Navarra a cambio de apoyar a Sánchez, sin éxito. EH Bildu hizo lo propio hace unos meses para respaldar el proyecto de Presupuestos del Estado del Gobierno Sánchez, lo que originó durísimos ataques desde la derecha contra el Ejecutivo de coalición. El tránsfuga de UPN, próximo candidato del PP a alcalde de Pamplona, García Adanero, levantó de sus asientos a la bancada popular en el Congreso cuando aseguró que el acuerdo era «un pacto miserable e indigno para sacar a la Guardia Civil de Navarra». La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, no dudó en adentrarse en el charco en idénticos términos.
Pues bien, la Policía foral asumirá tráfico en exclusiva el 1 de julio. Pero durante un tiempo los agentes navarros convivirán en las carreteras con la Guardia Civil de Tráfico. ¿Cuánto tiempo? Hasta que los forales tengan los 149 agentes de más que precisan. Agentes que serán o guardias civiles de tráfico que cambien de cuerpo en virtud de lo que pactó el cuatripartito Barkos con UPN, en concreto con el otro tránsfuga que ahora se ha pasado de las filas foralistas a las del PP, Sergio Sayas. O hasta que las plazas se cubran por concurso y posterior formación.
La Guardia Civil seguirá en Navarra con los más de 1.500 agentes que tiene para desempeñar otras funciones. A ellos se sumarán los guardias de tráfico que no quieran irse a la Policía foral. Pese a ello PP y Ciudadanos volvieron a poner ayer la voz en grito y a tildar el acuerdo de 'mala noticia'. El actual líder de UPN, José Javier Esparza, dijo sí a la transferencia, pero lamentó que el acuerdo sea «fruto del mercadeo del PSOE y EH Bildu» y que forales y guardia civiles no vayan a compartir la competencia. La durísima pugna electoral que ya se ha iniciado entre UPN y el PP, socios hasta hace unas semanas, amenaza con empeorar el barrizal navarro.
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