Puigdemont vuelve a dejar tirado a Sánchez (y esto no es un bulo)
Junts provoca una nueva derrota del Gobierno en el Congreso, esta vez sobre el límite de alquiler temporal, para demostrar al PSOE quién manda
Este miércoles, por primera vez desde 2015, el Rey recibirá en el Palacio de la Zarzuela al presidente de la Generalitat de Cataluña. No es ... independentista. Se llama Salvador Illa, líder del PSC.
No hay que darle muchas más vueltas. La política, casi siempre, es infinitamente más sencilla de lo que parece. Carles Puigdemont sabe que está políticamente muerto, pero ha jurado venganza y se ha autoimpuesto no morir solo. Si ha caído él, también caerá quien ha provocado su caída. Y aquí, la única baza que tiene Puigdemont para mantener algo de protagonismo se llama Pedro Sánchez. ¿Cómo? Haciéndole sufrir para recordarle día tras día que está en sus manos.
El martes por la noche, Puigdemont volvió a dejar tirado a Sánchez en el Congreso. esta vez en lo referido a la modificación la Ley de Arrendamientos Urbanos y limitar el alquiler de temporada y habitaciones. Y no, esto no es bulo. Ni es fango. Ni es una 'fake new'. Ocurrió el día en el que Sánchez lanzó su gran plan para regenerar la democracia creando, entre otras medidas, una comisión para fiscalizar a los medios de comunicación y establecer nuevas medidas de medición de audiencia o control de la publicidad institucional. Veremos en qué queda el asunto, pero suena a cortina de humo para ocultar una realidad parlamentaria que se impuso ya avanzada la noche, horas después de presentar a bombo y platillo el Plan de Acción por la Democracia (sic) tras el Consejo de Ministros.
Es la dura realidad de un Gobierno de coalición que está condenado a sobrevivir, no a gobernar, porque en su día Sánchez decidió que prefería seguir en La Moncloa proclamando desde el balcón de Ferraz aquello de «somos más». Resulta que no. Resulta que el Ejecutivo no tiene presupuestos este año (ni se molestó en presentarlos asumiendo su derrota) y es más que posible que tampoco los tendrá el que viene. ¿Por qué? Porque la realidad evidencia que la llamada mayoría progresista, de investidura o como usted prefiera, no es tal, que aquello de «somos más» ¿era un bulo?
Sánchez ha jurado y perjurado que el Gobierno agotará una legislatura para la que todavía quedan tres años y que está condicionada al humor con el que se levante cada mañana Carles Puigdemont en Waterloo. Y no, esto es no es un bulo. Como tampoco lo es que al PP, dependiente de Vox, solo le queda el recurso de la pataleta y esperar a que Pedro Sánchez se canse (no lo hará) de estar en La Moncloa. Porque si el Gobierno de coalición carece de mayoría en el Congreso, la oposición tampoco la tiene para derrocar al Gobierno a través de una moción de censura.
¿Entonces? Paciencia. Mucha paciencia...
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