El PSOE contra el PSOE. Por qué el de Salazar es el peor caso al que se enfrenta Sánchez
Fue uno de los grandes colaboradores del presidente del Gobierno y las denuncias por acoso sexual de varias trabajadoras de Moncloa contra él ha dejado en evidencia a Ferraz. ¿Paco, como Ábalos, era otro «gran desconocido en lo personal»?
Lean:
«Salía del baño que tenía en su despacho a medio vestir y no se subía la cremallera hasta que estaba cerca de tu ... cara, porque tú estabas sentada y él de pie».
«Escenificó un día en medio del despacho una felación con todo lujo de detalles sin venir a cuento. En privado, sobrepasaba otras líneas».
«Llegaba por la mañana y te decía el buen culo que te hacía ese pantalón o te pedía que le enseñaras el escote».
«Si te agachabas a coger algo del suelo, te decía que te agacharas otra vez para demostrar lo flexible que eras».
Las frases forman parte de las denuncias que presentaron ante la dirección del PSOE varias trabajadoras de La Moncloa. El motivo es tan evidente como repugnante. El denunciado se llama Francisco Salazar, «Paco», una de las personas más influyentes en el entorno de Pedro Sánchez pero que, más allá de las filas socialistas, era un auténtico desconocido. Vamos, que no era un asiduo del Peugeot en el que sí viajaban José Luis Ábalos, Koldo García y Santos Cerdán.
Paco, supuestamente, hacía todo lo que estas mujeres denuncian cuando trabajaba en Presidencia del Gobierno codo con codo con Iván Redondo haciendo las veces de gurú. Ya saben, que si haz esto, di aquello... Aconsejando, por ejemplo, a Sánchez que debe envolverse en la bandera del feminismo porque es clave para ganar a la «fachosfera».
Luego, salía del despacho donde pergeñaban la estrategia a seguir y, siempre según las denunciantes, aparecía el otro Paco, el de la bragueta bajada. ¿Y qué ha dicho Pedro Sánchez de todo esto? De momento nada, aunque si le toca contestar en algún momento, no es descartable que se marque un Ábalos y repita aquello de «en lo personal, era un gran desconocido para mí».
El de Salazar no es caso más. Aquí no hay UCOS que valgan ni conspiraciones judeomasónicas político-judiciales-mediáticas de la derecha en contra el Gobierno más progresista que ha dado la historia y que jamás dará. ¿Es que lo que denuncian las trabajadoras del PSOE son bulos, fangos y mentiras? ¿Por qué el PSOE ha tardado meses en escuchar a las denunciantes? ¿Por qué muchas dirigentes del PSOE están indignadas con la dirección de su partido? ¿Por qué Ferraz está dando largas para llevar el caso ante la Fiscalía, como le exigen destacadas líderes del partido?
Sigamos. ¿Por qué la ministra portavoz, Pilar Alegría, dice ahora que estas actitudes son «vomitivas» y hace unos meses le cazaron a carcajada limpia comiendo en un restaurante con Paco? Sí, sí, el mismo Paco que había sido denunciado por presunto acoso sexual (vuelvan al inicio de este artículo) y que tras caer Santos Cerdán acusado de corrupción estuvo a medio telediario de ser nombrado secretario general del PSOE.
Y todo ello en plena campaña de las elecciones extremeñas, donde el candidato del PSOE, Miguel Ángel Gallardo, se sentará en mayo en el banquillo de los acusados por enchufar, presuntamente, al hermano del presidente del Gobierno. El PSOE se revuelve contra la dirección del PSOE. Lo único positivo de este negro panorama al que se enfrenta Pedro Sánchez es que Alberto Núñez Feijóo no tardará mucho en dar aire al Gobierno con sus ya tradicionales errores no forzados. O él o Isabel Díaz Ayuso, claro.
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