Los mejores planes culturales para este fin de semana en Bizkaia

Bilbao es la primera parada en la gira de 'El Golem', la producción del Centro Dramático Nacional que acaba de terminar sus representaciones en Madrid. Alfredo Sanzol dirige una obra de Juan Mayorga, un texto inédito que reescribió a raíz del confinamiento, en la primera colaboración entre ambos autores.

La trama se sitúa en un hospital en pleno colapso de la sanidad pública. A la esposa de Ismael, que sufre una rara enfermedad, le hacen una extraña propuesta. Para que siga recibiendo tratamiento, ella debe memorizar un texto. No es tan sencillo como parece y día a día, a medida que hace suyas las palabras, se va transformando.

'El Golem' entronca con la narración oral para hacernos ver el poder de las palabras, cómo se puede manejar la voluntad de las personas con relatos falsos y discursos totalitarios. Vicky Luengo, Elena González y Elías González protagonizan esta historia que mantiene el suspense en un ambiente onírico y mueve a la reflexión.

El 'Tartufo' que encarna Pepe Viyuela se ríe de sí mismo desde el cartel, donde luce una peluca empolvada que sujeta los tirabuzones con latas de cerveza. En escena los actores no visten trajes de época, juegan al metateatro y se preguntan qué es un clásico. Si la obra de Molière estrenada en 1669 retrata a un impostor, un falso devoto que engaña a un burgués para quedarse con todos sus bienes –incluidas su esposa y su hija– la versión que dirige Ernesto Caballero busca la impostura en la sociedad contemporánea. Dentro de cada uno de nosotros, porque, como dice Viyuela, «todos somos un poco tartufos, necesitamos creer en algo y necesitamos engañar también algunas veces».

El actor trabaja por cuarta vez con Ernesto Caballero –con quien ganó un Max por su interpretación en 'Rinoceronte'– en un montaje que hurga en la fascinación que provocan personajes sin escrúpulos y en nuestra falta de criterio para reconocerlos. Una fórmula que no ha gustado a toda la crítica, aunque tiene éxito de público y se reconoce el trabajo de su extenso y capacitado reparto.

Último fin de semana para disfrutar del teatro breve, un clásico que se hace grande en Pabellón 6. Se estrenarán cuatro obras, tres en castellano y una en euskera, con sesiones el viernes y el sábado por la tarde y el domingo doble, también matinal. Veremos a una actriz de 55 años que tras una reciente pérdida se replantea su vida en 'Amaya', de Sandra Marchena Rejas. Asistiremos al encuentro de dos magos interpretados por Fernando P. Sañudo y Alberto Fonseca en 'El truco'. En '¿Y si vivimos...?', Bea Barea plantea preguntas dolorosas, «¿sabes cuando por dentro algo se te rompe en mil pedazos?». Y el joven protagonista de 'Harripiloak' acude a una psicóloga para curar su corazón roto. Se pueden adquirir bonos de 17 euros para ver las cuatro piezas del día o para dos por diez euros (estos últimos solo en taquilla el día de la función).

La Terminal de Zorrozaurre ofrece este viernes una función benéfica, en colaboración con Cruz Roja para ayudar a los afectados por la guerra en Ucrania, en la que resucita al mismísimo Marx. Samuel Gibert le interpreta en este monólogo en el que vuelve a la vida con permiso de Dios. '¡Marx lo hizo!' es una adaptación para la escena del texto de Howard Zinn 'Marx en el Soho'. Entre el tono documental, el drama y la comedia, el espectáculo repasa los avatares de su vida y su compromiso político desde un punto de vista íntimo y personal.

Los protagonistas de esta obra rondan los cuarenta y no tienen nada de lo que la sociedad supone que deberían tener a esta edad. Ni hijos, ni pareja, ni dinero, ni casa...Se consideran a ellos mismos unos perdedores, pero se equivocan. Aitziber Garmendia y Jon Plazaola nos acercan su historia en euskera en esta comedia de Marta Buchaca (de quien vimos en Aste Nagusia 'Rita', con Carlos Hipólito y Mapi Sagaseta) sobre cómo superar nuestros miedos y limitaciones para dejar de ser infelices.

El Teatro Barakaldo sigue celebrando el décimo aniversario de la sala Arimaktore y esta semana ofrece 'Gran cabaret pachón', una exhibición de frescura y desparpajo. Escrita y dirigida por Braulio Cortés, cuenta la historia de una antigua carnicería que ya no encuentra sitio en su barrio, en pleno proceso de gentrificación. Sus propietarios deciden convertirla en un cabaret para atraer a nuevo público. Txema Trujillo es el patriarca y maestro de ceremonias, muy bien acompañado por Sara Barroeta, Alfonso Díez y Josu Angulo.

La pianista rusa Varvara y el violinista japonés Fumiaki Miura llegan a Bilbao para hacer una parada en la gira que los tiene circulando por Europa con un programa de alto voltaje. Para empezar, una sonata de Mozart que en su segundo movimiento parece sugerir ya un Romanticismo que en pocos años se adueñaría de la música para no soltarla durante prácticamente un siglo. Luego, dos piezas que estaban entre las favoritas de Sviatoslav Richter y David Oistrach, dos intérpretes por quienes la pareja Varvara-Miura ha mostrado su predilección.

La segunda sonata para violín y piano de Brahms (escribió tres) es una obra de madurez que tiene sin embargo una frescura y una luz que más parecen propias de un compositor joven. Es un Brahms, por tanto, algo menos serio de lo que se presenta habitualmente, menos trascendente quizá.

Y para terminar una obra de mayor longitud y dramatismo: la primera sonata de Prokofiev, una pieza madurada durante años que estrenó el propio Oistrakh quien años después la elegiría para hacerla sonar durante el funeral del compositor.

Los dos artistas, que aún no han entrado en la edad de lo que podría denominarse madurez interpretativa (Varvara tiene 38 años; Miura, 29), se enfrentan así a un programa con piezas muy diferentes en su lenguaje y en el estado de ánimo que transmiten.

El proyecto Tutto Verdi llega a su fin este sábado con 'Alzira', una rareza que desconcertará a los aficionados. Es la única ópera del compositor italiano ambientada en Latinoamérica y apenas dura hora y 45 minutos. Tiene a los incas y los españoles como protagonistas y se inspira en un texto de Voltaire que cargaba las tintas en los conflictos de poder y religiosos en tiempos de la conquista. La obra de Verdi, con libreto de Salvatore Cammarano, es una fábula sin pretensiones historicistas, como tampoco las tenía el propio Voltaire. Unos y otros escogen Lima como escenario para montar su fantasía. Algo muy legítimo.

El Euskalduna acogerá las cuatro funciones de la temporada de la ABAO y conviene no desperdiciar la oportunidad. No habrá más ocasiones de escuchar esta ópera. Se programa poquísimas veces. El montaje con dirección escénica de Jean Pierre Gamarra se estrenó en Lima hace cuatro años y es una coproducción internacional del Gran Teatro Nacional de Perú, la Ópera Real de Valonia y la ABAO. Se contará con el director de orquesta Daniel Oren al frente de BilbaoSinfonietta y un reparto encabezado por la soprano Carmen Solís, el tenor Sergio Escobar y el barítono Juan Jesús Rodríguez. El Coro de Ópera de Bilbao también tiene un papel destacado, con momentos de ardor guerrero, triunfalismo y frustración, según el bando correspondiente, ya sean indios o españoles.

Todo gira en torno a un triángulo amoroso, con Gusmano (Juan Jesús Rodríguez), hijo del Gobernador de Perú, interponiéndose en el amor de los jóvenes indios Alzira y Zamoro (Carmen Solís y Sergio Escobar). La historia original se ambienta en el siglo XVI pero el director de escena Jean Pierre Gamarra la resitúa a principios del siglo XX, en la época de la llamada República Aristocrática del país andino, cuando la oligarquía local detentaba el poder. Es una manera de poner el foco en las injusticias seculares que sufren las comunidades indígenas. Lo mismo bajo el dominio de los conquistadores, las élites o los gobiernos democráticos, muy poco ha cambiado la situación de los indios. Ese es el mensaje de Gamarra.

Tres Premios Max tiene en su haber el espectáculo de danza que puede verse este sábado en el Teatro Barakaldo. Se trata de 'La muerte y la doncella', con coreografía de Asun Noales e interpretación de Alexander Espinoza, Rosanna Freda, Carmela García, Juliette Jean,

Eila Valls, Mauricio Pérez, Salvador Rocher y Eduardo Zúñiga. El famoso cuarteto de cuerda nº 14 en Re menor de Franz Schubert adquiere aquí otros significados, gracias a una revisión contemporánea que hace hincapié en el hecho de estar vivo, en aquellos detalles y gestos que significan vida... y también el final de ésta. Un latido, un suspiro, un aleteo, una caricia, un movimiento casi imperceptible son mucho de lo que somos... y ayudan a componer una pieza poética y por momentos hipnótica.

Otro palo es el que toca en la sala BBK el viernes, en una nueva actuación del programa del ciclo flamenco. Águeda Saavedra, Juan Tomás de la Molía e Irene Rueda son tres jóvenes talentos de la danza ya reconocidos por el Festival de Jerez que se dan cita en el escenario de la Gran Vía para mostrar la técnica, la fuerza y la espontaneidad que son futuro del flamenco.

Laida Lertxundi nos invita a explorar el lenguaje del cine experimental.

La escena galerística bilbaína es reducida, pero muy sugerente. Su capacidad para pulsar las diversas tendencias de la plástica supera las dimensiones y posibilidades teóricas de una ciudad mediana. La Taller demuestra dicha ambición con una de las propuestas más originales y atractivas de esta primavera. La exposición 'Inner Outer Space/Barneko kanpo espazioa' incluye una pieza de cine experimental, la primera que lleva a cabo Laida Lertxundi desde su regreso al País Vasco. La artista, premio Gure Artea, se ha formado en Estados Unidos, el país en el que ha llevado a cabo una fructífera trayectoria creativa.

No nos encontramos ante una narración audiovisual a la manera convencional. La obra que se proyecta, en formato cinematográfico, es una reflexión sobre el deseo que carece de hilo argumental, pero que nos cuestiona. Inevitablemente, pretendemos dotar de contenido una sucesión de escenas que muestran la relación entre los personajes y el paisaje, sus emociones y el ámbito en el que se hallan, como si existiera una estrecha interrelación entre el medio y el sujeto.

La ironía y un planteamiento feminista, circunstancias habitualmente relacionadas, envuelven un trabajo que, en esta ocasión, también incluye grabados y una cámara de luz que expone diversos elementos, como si se tratara de fotogramas extraídos de un largometraje desconocido. La obra de Lertxundi no nos quiere relatar, sino que incentiva nuestra mirada, nos reta a explorar la geografía interna y externa, a establecer vínculos entre lo íntimo y el entorno, a no dejar que nos cuenten, sino a urdir nuestras propias historias. Los directores somos nosotros y la película, nuestra propia vida.