Una ligera ascensión para ver casi toda Cantabria

Al monte

• Recorrido 11,1 kilómetros, con inicio y final en Viérnoles

• Duración 4 horas

Aun así, el paseo es de lo más cómodo. El asfalto es el protagonista en ese primer tramo. Tras dejar atrás un primer grupo de eucaliptos, algunos claros ya permiten ver el paisaje. Enseguida, y tras un paso canadiense, aparece la primera bifurcación, en la que hay que girar hacia la izquierda. La senda asfaltada sigue hasta un paraje en el que unas rocas, a la izquierda, marcan el inicio de un camino típico de montaña. Al llegar al cartel que indica que se está en el collado de Navardoyos hay otra bifurcación, en la que hay que seguir a la derecha. En un pequeño tramo de descenso en el que se pasa junto a un área recreativa -la Fuente de Las Palomas-, otro cruce -tomar a la izquierda- antecede a una parte con varias cuestas muy empinadas. El camino parece que se separa y que un ramal sigue paralelo a la alambrada. Hay que seguir a la derecha.

Ahí llega la parte más complicada. Porque aunque no son más que unos cuantos metros, es un descenso por caminos que si ha llovido tienen barro en cantidades industriales. Conviene extremar la precaución.

Tras terminar esa bajada, se llega a otro desvío. Quien quiera, hacia la izquierda emprende el camino a Viérnoles. Pero si se sigue a la derecha, se asciende un poco y se llega al ramal que lleva al Dobra. El camino, sin pendientes imposibles, conduce hasta los últimos metros, en los que sí hay que extremar la precaución. Porque para llegar al punto geodésico y la cruz de La Capía hay que salvar unos pocos metros entre rocas. A cambio del esfuerzo, las vistas. Gran parte de Cantabria se ve desde la cima.