Caza de brujas en Lekunberri

Has descubierto la pista dentro de un antiguo libro oculto en la biblioteca. «Para un conjuro de renacimiento es necesario convocar a ocho brujos o brujas». Las palabras pesan. Su verdad aparece plomiza ante tus ojos. Sientes el temor recorrer las extrañas. Son ocho y están aquí, tu misión es atraparlos. Las peores sospechas cobran sentido, retorcidas entre alargadas sombras. Hace un día que llegaste a este insólito hotel donde esperaban dos anfitrionas asustadas. «Sucesos extraños empañan nuestra tranquilidad, puertas que chirrían, luces que se apagan, susurros en la noche. Algo pasa, no sabemos con certeza qué. Tal vez puedas ayudarnos», comentaron a media voz, como si temieran despertar con sus insinuaciones una presencia maligna. Las hermanas Ayestarán hablan de espíritus. De ánimas en pena. Se dirigen al grupo de estudiosos de lo paranormal entre los que te encuentras. Algunos de los presentes creen en ellas, a otros ni se les pasa por la cabeza admitir verdades ocultas. Pero ambas insisten, narran la huida de hospedados. «No resistieron la incertidumbre, tenían miedo», lamentan.

Pocos desean participar de un misterio si su esclarecimiento conlleva perder el alma. Todos, no obstante, celebraron anoche la sesión de espiritismo comandada por una famosa médium. Retorcía y agitaba su cuerpo. Congeló a los presentes con ojos inquisitivos entre momentos de locura y lucidez. Lo recuerdas con claridad. Preguntó y desveló información que tal vez sea útil. Pero eso fue ayer, después de la cena. Antes de aquellos gritos en… Ayer, y a pesar de que el sol aleje con su luz tanta demencia, la sangre aún permanece helada.

Hoy toca investigar. Para eso acudiste a este intrigante rincón del mundo, para resolver un negro secreto. Has examinado cada rincón del inmueble persiguiendo las respuestas a tantas preguntas. Escapado del almacén gracias a tus deducciones. Has reconocido el cuarto del que emergió aquel pobre hombre enajenado. Revisado el edificio prohibido, repleto de incógnitas. Deducido junto a tus compañeros en el salón de descanso.

No ha quedado recodo de Lekunberri sin explorar. De este pueblo que entiende de hechiceras y protege a sus gentes con eguzkilores en cada puerta. Pues sabe que hubo un tiempo en el que una de ellas fue enjuiciada por la Santa Inquisición. Que cuando el diablo acudió a reclamarla para engordar su reino de fuego eterno, juró vengarse. Todavía suenan viejas historias sobre aquelarres donde se reunían arpías y magos alrededor de la hoguera.

Por eso tu mente regresa ahora al libro recuperado. Afinas la vista para seguir leyendo. «Las brujas deben cumplir algunas normas, su poder tiene limitaciones. No comparten las mismas debilidades pero todas cuentan con alguna». Una puerta se abre a la esperanza, un destello prometedor. No alcanzas a sonreír pero comienzas a albergar el sueño de un después. El mundo ya no parece solo caos y oscuridad. Tal vez sea posible salvar lo que queda de hermoso en él. Conseguir atrapar al maligno descubriendo la identidad de sus seguidores, de esos brujos y brujas camuflados entre nosotros. Y salvarte también a ti mismo.

Akelarre es una propuesta para adultos que ocupa un fin de semana, desde la cena del viernes hasta la comida del domingo. El objetivo pasa por desvelar un misterio, completar una misión durante la que resolverás juegos de pistas, enigmas camuflados, incluso una sala de escape. Habrá algún que otro susto, también muchas risas. Ceños fruncidos en actitud pensativa, sospechas a todas horas. Cada detalle es esencial si quieres completar tu objetivo.

Solo hace falta acudir con ganas de divertirse, de dejarse llevar por mensajes, por pistas que irás recibiendo a medida que pasan las horas. El niño que aún queda en ti, ese que soñaba con ser detective, espía o aventurero, tomará el control durante tres jornadas repletas de actividad en las que el aburrimiento no tiene cabida, porque el reto consiste en escapar de la cotidianeidad para convertirte en cazador de brujas. ¿Lograrás atraparlas?