Peras al olmo

Comedia gala de rimbombante título, Pastel de pera con lavanda que su máximo responsable, Éric Besnard (La sonrisa del payaso), define como una película sensorial. «Partí de la idea de olvidar un poco la narración para provocar un sentimiento». La acción se sitúa en el corazón de la Provenza, donde una viuda lucha por sacar adelante un negocio familiar, una plantación de perales, mientras cuida de sus hijos. Se cruza en su camino, y nunca mejor dicho, un hombre al que está a punto de atropellar.

Desde ese momento siente una gran atracción por él y su vida se torna patas arriba. El individuo es un tipo extraño, rabiosamente sincero, exageradamente ordenado y muy especial. «Me pareció que un personaje que padeciera el síndrome de Asperger podría permitirme trabajar en los temas que me interesaban», señala el director.