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El riesgo de desjudicializar la política

La deplorable situación en que el Supremo de EE UU ha dejado a su sociedad recuerda la vigencia necesaria de las cautelas liberales ante la democracia

Miércoles, 29 de junio 2022, 00:05

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Si fueran mínimamente congruentes con sus argumentos y preferencias, la reciente sentencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos que modifica su anterior doctrina sobre el ... derecho al aborto y declara que esta cuestión debe ser libremente decidida por el pueblo debería hacer saltar de alegría a tantos y tantos políticos e intelectuales españoles que durante años, y todavía hoy, proclaman que debe ser la sociedad misma la que decida cuestiones políticas trascendentales (como, por ejemplo, la secesión de un territorio). Que no hay que impedir ni limitar al pueblo o sus representantes para decidir sobre temas que le afectan, que no hay que judicializar la política sino dejarla que corra libre y espontánea, encauzada sólo por la voluntad popular. Que la democracia consiste en eso precisamente, en que decida el 'demos', directamente o a través de sus representantes políticos. Que todos los límites y reservas que los regímenes liberales han impuesto a la voluntad del pueblo en forma de temas prohibidos o derechos inviolables no son sino rasgos antipopulares de unas democracias degradadas.

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