Europa, bloques y Presupuestos
La clave de la estabilidad del bloque progresista consistirá en cuidar las diferentes identidades políticas del Estado
felix montero
Viernes, 9 de octubre 2020, 01:07
La crisis de la Covid-19 ha coincidido con la crisis coyuntural que atraviesa el sistema político español en los últimos años. El derrumbe (y ... posterior resurrección) del bipartidismo, el agudizamiento del conflicto territorial o el primer Gobierno de coalición coinciden con un cambio de rumbo europeo en el que se apuesta por enfrentar la crisis económica a través de políticas expansivas. Los nuevos Presupuestos del Gobierno configurarán el bloque de alianzas con el que el Estado se embarca en el nuevo ciclo político europeo.
El día 13, España debe remitir a Bruselas un borrador del proyecto presupuestario para acceder a los fondos europeos. El Gobierno debe configurar los Presupuestos y negociarlos a contrarreloj con los distintos grupos parlamentarios antes de final de año, siempre que quiera evitar la cada vez más esperable prórroga de los 'presupuestos Duracell' de Cristóbal Montoro. Mientras el Partido Socialista busca a Ciudadanos con sus llamadas a la unidad, en Unidas Podemos miran hacia el bloque de investidura.
Pedro Sánchez asume que las autoridades comunitarias dormirán mejor si acuerda las cuentas con Inés Arrimadas. De hecho, ante una Unión Europea que apuesta por políticas keynesianas y garantistas de derechos sociales, los partidos liberales y socialdemócratas están en la parrilla de salida para lograr la hegemonía política en los próximos años. Aunque al estudiar el contexto internacional esta parezca la alianza más lógica, la realidad española es bien distinta: Ciudadanos solo tiene 10 escaños, la extrema derecha sostiene su poder local y el otro miembro del Gobierno de coalición es Unidas Podemos.
El PSOE decidirá en estos Presupuestos hacia dónde quiere mirar en la próxima década. Su opción preferente siempre ha sido el 'plan Rivera'; sin embargo, el aspiracionalismo patriótico surgido a partir de la foto de Colón hundió al partido y no parece que se pueda recuperar. Sánchez debe reflexionar sobre si la foto de Iglesias en el Consejo de Ministros es una carambola del destino o un proyecto por el que apostar. En ese caso, y sin la posibilidad de mayorías absolutas en el horizonte, el PSOE ligaría su destino no solo a Podemos, sino a concebir la plurinacionalidad del país como eje vertebrador de las políticas de Gobierno. Esto supone asumir a nacionalistas e independentistas como socios preferentes, lo que deriva en romper no solo con algunas lógicas de Estado, también con el viejo 'aparato' del partido.
Las llamadas de los ministros socialistas a la unidad para sostener el Gobierno evidencian su ímpetu por aferrarse al poder a cualquier precio. Querer desligar unos Presupuestos de la ideología es tan absurdo como auparlos a Santo Grial izquierdista, aún más cuando estos tienen que cumplir los estándares europeos. Si parece descabellado pactar leyes sobre igualdad con Vox, ¿por qué se empeñan en convencernos de la existencia de una política económica transversal?
El principal problema de este Gobierno es que se está situando a la izquierda en función de lo que la derecha dice de él; está actuando como oposición de la oposición, en vez de asumir políticas redistributivas ambiciosas. El borrador de Presupuestos podría ser un buen punto de partida para encaminarse hacia compromisos como recuperar los «derechos laborales arrebatados por la reforma laboral», tal y como prometían en el acuerdo de investidura. Sin embargo, esto exige valentía, compromiso y una correlación de fuerzas que no existe.
Con el asalto a los cielos descartado, Podemos debe resguardarse en el folclore izquierdista. Solo así se puede entender la exclusión de Ciudadanos y la búsqueda del PNV, cuando ambos comparten familia europea. Siempre nos quedará la duda de si el marxismo heterodoxo de Iglesias ha evolucionado en neokeynesianismo o si siempre fueron la misma cosa. De todos modos, los pactos con el PNV -y quién sabe si con los disidentes con Carles Puigdemont- señalan que la clave de la estabilidad del bloque progresista en los próximos años consistirá en cuidar las diferentes identidades políticas del Estado.
Sánchez va a disponer de una inyección de bonos europea que ya les habría gustado a José Luis Rodríguez Zapatero o Mariano Rajoy. Estamos ante un cambio de ciclo en el que la Unión Europea ha aprendido que las consecuencias de seguir aplicando políticas de austeridad serían devastadoras. Sin embargo, la transferencia monetaria no es suficiente para abordar los problemas estructurales de la construcción de un proyecto europeo que se ahoga en Moria.
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