Si ya de por sí las cenas de Nochebuena pueden resultar indigestas, la oferta televisiva no ayuda demasiado a una correcta deglución. A más de ... uno casi se le atragantaría una espina del pescado al ver a Máximo Huerta y los suyos bailando el 'YMCA' de los Village People o a Miriam Díaz Aroca entonando el 'Juntos' de Paloma San Basilio con acento ruso. A otros les costaría engullir la carne mientras Paz Padilla lucía transparencias buscando el traje que se pondrá el próximo día 31. Y a la mayoría les parecería más empalagoso el recital de Bisbal que una bandeja entera de mazapanes y polvorones.
Llegados a este punto todos los años nos planteamos la misma pregunta: ¿por qué la programación navideña es siempre tan rancia? ¿A nadie le apetece innovar en estas fechas, o es que se nos han agotado las ideas? Posiblemente estas preguntas queden sin respuesta y volveremos el año que viene a toparnos con una situación similar. Como si sufriésemos lo de Bill Murray en 'Atrapado en el tiempo'. Hace 30 años, en el primer 'Telepasión', Díaz Aroca ya estaba allí, imitando a Marilyn Monroe con el tema 'My Heart Belongs to Daddy'. Miedo da pensar hasta dónde puede llegar la que fuese presentadora de 'Cajón Desastre' y 'Un, dos, tres'. Cuando nació este programa en TVE la tele pública estaba llena de estrellas reconocibles que se prestaron al show (Julia Otero, Arozamena, Piqueras, Joaquín Prat, Constantino Romero, Mercedes Milá, María Teresa Campos...). En 2019 a la mayoría de participantes había que colocarles un letrero debajo para que la audiencia los identificase. Todo es susceptible de empeorar.
Paz Padilla tiene encaje en cualquier espacio de Telecinco. Lo mismo sirve para presentar las galas de José Luis Moreno, que para sustituir a Jorge Javier en 'Sálvame' o para dar las campanadas. Su versatilidad es tal que en Nochebuena se dedicó a imitar a Pedroche a costa de quitarse ropa en la casa de Bertín. Esto nos recuerda que todavía nos queda por revivir lo de Pedroche sin ropa en la Puerta del Sol y las bromas sin gracia en el 'Inocente, inocente' de este año. Déjà vu.
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