Pretensión de borrar el pasado
Periodista - ETA asesinó a su hermano Sebastián el 25 de mayo de 1988 ·
Nunca un comunicado de la banda ETA había sido tan singularmente fiel a su naturaleza identitaria fanática como uno de los de su última serie, ... en el que decía pedir perdón a las víctimas que no habían sido parte del conflicto. Haciendo ese distingo ha quedado patente la vileza de un grupo que se ha dedicado a sembrar el terror cada vez que extorsionó, especialmente cada vez que mató (por Euskal Herria, decía) a todo aquel que fuera obstáculo para sus objetivos o a quienes no satisfacían sus mafiosas peticiones. ¡Y ahora quieren clasificar a sus víctimas! ¡Qué afanosos en su fanatismo! ¡Qué sinceros consigo mismos!
Esa sinceridad, rayana en lo inconsciente, es lo único que hay que reconocerles en este final sobreactuado que, como si de una campaña de marketing se tratara, están ejecutando, probablemente con la pretensión de que alguien tome el testigo propagandístico para, obviando sus 'ekintzas' asesinas, trate de disimular su historia delictiva con ropajes patrióticos.
A mí, que la faz mafiosa de los terroristas de ETA se me presentó de la manera más cruda cuando asesinaron a mi hermano, no me van a manipular los etarras con su discurso de justificación por el conflicto, cuando, netamente, la suya ha sido una andadura mafiosa.
No acepto distingos entre unas víctimas y otras, y menos, si la clasificación viene de los victimarios que, en realidad, tratan de quitar sangre al asunto.
El rumor de las proclamas proetarras fue menguando con los años, la vieja parafernalia cartelera de hachas y serpientes que asfixiaba muchas de nuestras calles casi desapareció entrado el nuevo siglo; la acción de las Fuerzas de Seguridad del Estado y la de los tribunales de justicia llevó a ETA a la impotencia... y ahora nos expone a su ritual de palabras gastadas para las mismas ideas ultranacionalistas, ¡Qué pereza!
Los etarras quieren un capítulo de cierre que les sirva para reinventarse, pero no es posible; han dejado un rastro de delitos de sangre. Quedan por esclarecer más de 350 asesinatos cometidos por miembros de la banda. Son hechos que no se pueden ni se deben olvidar.
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