Priorizar el catalán
Investidura ·
El lehendakari muestra su malestar con el Gobierno central por el lío de los idiomas en EuropaEl PNV ha detectado el «tinte político» a lo de priorizar el catalán en detrimento del euskera y el gallego en el camino hacia la ... supuesta oficialidad en Europa. Lo dijo ayer el lehendakari. Y el portavoz Zupiria añadió que el Gobierno actúa por la «urgencia política del PSOE». Al PNV no se le escapa una. Debieron de notar algo raro cuando salió Albares tan sobreactuado del Consejo de Asuntos Generales para anunciarle a la prensa que había ido todo bien, muy bien, porque ningún Estado había vetado su propuesta, que lo dejaban sólo en el catalán, eso sí, para que no fuese tanto lío, y que no había más preguntas porque se tenía que ir corriendo a la ONU, al ser él una pieza indispensable en el engranaje diplomático mundial.
De no haber lenguas cooficiales priorizadas o de haber sido priorizado el euskera por Albares, el priorizador, cabe imaginar que el PNV habría entendido lo de Bruselas como un triunfo sin precedentes. Y, sin embargo, lo de Bruselas seguiría siendo una reunión en la que los países miembros piden informes sobre un asunto que parece imposible que aprueben y para el que aplazan la decisión sine die. Curiosamente, no se le está dando importancia a que el ministro finlandés de Exteriores saliese de esa reunión diciendo que él no recordaba haber hablado de separar «uno, dos o tres idiomas» de la propuesta española, una propuesta que ni siquiera habían tenido tiempo de abordar «porque se tiene que estudiar».
Que Junts celebrase eso, la nada, como un avance irreversible, mientras oculta los avances que sí le interesan, es puro procesismo. Que la investidura de Pedro Sánchez parezca haberse desatascado hasta la siguiente e inminente gran crisis demuestra que lo que pasó en Bruselas fue que el ministro de Exteriores, o sea, alguien que en teoría representa los intereses del país, utilizó las instituciones europeas para conseguir un acuerdo de investidura para su partido. Como el vapuleo de las instituciones también es procesismo, el círculo se cierra. Digámoslo otra vez: 2017 le enseñó a la política española una forma nueva y suicida de jugar. De entre sus efectos colaterales, no es el menos espectacular ver al PNV tan descolocado, buscando el tablero de botones coactivos que de pronto tocan siempre los demás.
Osakidetza
En espera
Derivar pacientes a la sanidad privada y poner a los hospitales públicos a operar por las tardes como si no hubiese un mañana. O como si hubiese elecciones en primavera. A grandes rasgos, esas son las dos líneas de actuación mediante las que Osakidetza aspira a reducir sus listas de espera a los niveles de antes de la pandemia. Fue el compromiso del lehendakari en el pleno de Política General. «Esperar un día menos marca la diferencia», dijo Urkullu entonces, refiriéndose sin duda al aspecto sanitario de la cuestión, pero también al político. Abolida ya la imagen de la joya de la corona del autogobierno, Osakidetza se ha convertido en un campo de batalla electoral. Si atizarse en los quirófanos no es en general una buena idea, sí es una estrategia eficaz. Que puede funcionar en ambos sentidos. En las listas de espera aguardan votantes. Y una cirugía exitosa y veloz en la sanidad pública vale más que cien discursos rebosantes de emoción.
Zinemaldia
Buenos y malos
A la espera de Carlos Boyero, la entrevista de Jordi Évole a 'Josu Ternera' ya ha recibido la crítica más severa: Arkaitz Rodríguez. Al secretario general de Sortu el documental le ha parecido extremadamente parcial y maniqueo. «Una historia de buenos y malos». A diferencia del resto de los detractores de la entrevista, Rodríguez sí la ha visto. Y ha encontrado al parecer a 'Josu Ternera' «bastante acorralado». Cierto que la izquierda abertzale tampoco es 'Cahiers du Cinéma'. A Pernando Barrena le molestó mucho 'Ocho apellidos vascos'.
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