Especial Navidad
Los contagios se disparan y se organiza una reunión de presidentes lastrada por la politiquería
La portavoz Isabel Rodríguez informó el martes de que el Gobierno acude a la conferencia de presidentes autonómicos que el propio Gobierno convoca para «escuchar». ... Y para buscar «un mínimo común denominador». Cuando la ministra ya no parecía poder sonreír más, se la intuyó a punto de añadir que la reunión servirá también para ver qué se cuentan Iñigo, Pere, Isabel, Ximo y los demás locos maravillosos. Y puede que para hacer un chin-chin telemático porque, antes que políticos, todos somos personas.
Por supuesto, cuando unos gobernantes se reúnen así, queriéndose escuchar, hay que ser mala persona para recordar que a su alrededor los contagios se disparan, la variante ómicron se multiplica, el sistema sanitario se tensiona, la atención primaria pide auxilio, los médicos de las UCI avisan del desastre y los positivos y los aislamientos se extienden, no ya en los colegios o en el Congreso, sino en un ámbito realmente decisivo: el Real Madrid.
Por si fuera poco, todo apunta a que en la reunión de hoy, en lugar del mínimo común denominador, triunfará el máximo común divisor. Por eso Cataluña se ha adelantado a la reunión con la demanda de un toque de queda tirando a alucinante que quiere extender a toda España, pasando así, sin previo aviso, del independentismo al gobierno de la potencia colonial. Mientras tanto, el lehendakari lidera la causa inexplicada y al parecer fundamental, casi mágica, de la mascarilla obligatoria en exteriores. Por su parte, Isabel Díaz Ayuso, lideresa efectiva de la oposición, hace de la conferencia de presidentes otro duelo con un Pedro Sánchez que lleva meses esquivando la epidemia y ha sido incapaz de dotar al país de una ley de emergencia sanitaria en condiciones, pero recibió ayer un documento técnico del CCAES de Fernando Simón. En él, entre otras cosas, se recomienda cancelar las cenas de empresa ahora que estas ya se han celebrado y se confía en los test de farmacia ahora que en las farmacias ya no queda un solo test. Ojalá el año próximo, cuando estemos por la novena o décima ola, la conferencia de presidentes se reúna todavía con menos tiempo, la misma noche del 24. Y aproveche TVE para quitar lo de Raphael y retransmitirlo en directo. Pero mira cómo cogobiernan. Especial Navidad.
IVAP
Algo fijo
En octubre le preguntaron en el Parlamento vasco a Egoitz Laburu por la OPE famosa de Osakidetza. Y el director general del Instituto Vasco de Administración Pública eludió contestar. Su argumento fue que llevaba solo tres meses en el cargo. Dos meses después de aquello, volvemos a saber del jefe del IVAP. ¿Porque se ha hecho al fin al cargo? No, qué va. Porque lo deja. Es que va a presentarse a una OPE del Gobierno vasco. Y, claro, sería raro que lo hiciese dirigiendo justo el organismo que le prepara las oposiciones al Gobierno vasco. No por nada, ¿eh? Es que la gente ya se sabe cómo es. Malpensada. Por eso el Gobierno vasco habla de «evitar sospechas de favoritismo». Una opción más creativa habría sido celebrar que el sistema de acceso a la función pública sea tan ejemplar que incluso el director del Instituto Vasco de Administración Pública no puede resistirse y deja su cargo para opositar.
ANTZA
Las ovaciones
Tras llorar públicamente la muerte de Troitiño, veintidós condenas por asesinato, Sortu aplaudió ayer en los juzgados a Mikel Antza, doce años siendo jefe de ETA. La izquierda abertzale revisa su pasado. Y concluye que tuvo razón. Como lo de seguir ovacionando a etarras compromete a sus socios en la dirección de Estado, sugiero el eximente del arrebato. Estás ahí con la pancarta, llega Antza y no puedes reprimir la emoción, el aplauso, puede que la petición de un selfi con la nerviosa disculpa por delante: «Perdona, es que soy muy fan».
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