Entre la ansiedad que me genera pensar lo que podría ocurrir con Cataluña, la preocupación por el clima prebélico y la brusquedad con que este ... año se ha presentado la primavera, no hago más que ver cine negro escandinavo y leer cosas sobre la muerte. Somos juguetes de las circunstancias. Por ejemplo, me han impresionado las declaraciones del director del departamento: el absentismo del profesorado por estrés burocrático es alarmante, Lutxo. Algo se está haciendo mal, le digo.
Estamos un día más ahí, en la terraza del Torino, admirando el efervescente fluir de los eventos y le digo: en cuanto te aproximas a zonas urbanas proliferan las tribus y cada vez son más raras. Y me suelta: lo del PP es normal. Y le digo: ¿a qué te refieres, Lutxo, viejo gnomo? Y dice: lo que hace el PP lo haría cualquier partido. ¿Te refieres al bloqueo del Consejo General del Poder Judicial? Y dice: ¿acaso Feijóo es menos demócrata que Sánchez? El PP bloquea el CGPJ porque es bueno para sus intereses. Punto. Cualquiera lo haría si pudiera. Sánchez también lo haría. ¿O te crees que Sánchez es más demócrata que Feijóo? Lo hacen porque pueden y mientras les vaya bien seguirán haciéndolo, no hacerlo sería estúpido, dice.
Y le digo: esa es, en realidad, la cuestión. Que se trata de una anomalía. El hecho de que el CGPJ pueda bloquearse en beneficio de unos y perjuicio de otros, el simple hecho de que ese agravio pueda prolongarse ad eternum, es lo que hace patente la existencia de una anomalía. Porque no debería ser así. Pensar que sí es pensar en que hay castas privilegiadas por la ley.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión