Fácil
La sonrisa es un tesoro. No hay que dejar de sonreír por nada del mundo, eso es lo que creo. Aunque no te vayan muy ... bien las cosas, tienes que esforzarte. Si dejas de hacerlo durante mucho tiempo, puede que se te olvide y pierdas el contacto. El contacto con el planeta entero, quiero decir. Así que para entrenar un poco y mantener fuertes y activos los doce implacables músculos faciales de la sonrisa, puedes ver vídeos de caídas tontas y porrazos inverosímiles en Internet. Hay miles. Y funcionan, te lo aseguro. O puedes, como hago yo a veces, buscar por ahí las declaraciones de Marhuenda, ya sabes, el que sale en 'La Sexta noche', que se parece a Monchito, el muñeco de José Luis Moreno, pero crecido y desdeñoso. Lo último que ha dicho es que lo de tener en este país un mes de vacaciones es una barbaridad. Y que por eso España no es competitiva.
En fin, ante todo, respeto y admiración por el gran Marhuenda, ojo, no hay otro como él. El tío es único. Y eso es un punto. Imposible de imitar. Ni los imitadores se atreven. Y ¿por qué? Pues porque no serían tan graciosos. Por eso. Porque cualquier imitación sería más sosa y nadie se reiría. Luego ha añadido que siempre se puede trabajar en lo que a uno le gusta. O sea, que si no trabajas en lo que te gusta es problema tuyo. Sin más. Porque lo que tienes que hacer es trabajar en algo que te guste, para estar todo el rato disfrutando y así no tener que cogerte vacaciones, ¿lo pillas? De este modo, España sería más competitiva y saldríamos por fin de la crisis o de donde sea que estemos metidos. Y ya está. Esa es la solución. Fácil, ¿no? Qué, ¿cómo te quedas? La sonrisa es un tesoro, no lo olvides.
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