Los ñoquis
Son una receta de pasta hecha con patata y harina (además de otros ingredientes) que la emigración italiana llevó a Argentina y que acostumbraba a ... comerse el día 29 del mes cuando no quedaba ya presupuesto para nada más. Dicen que esta costumbre trae prosperidad y fortuna cuando se coloca dinero bajo el plato. En la Argentina de hoy, además de una receta, los ñoquis son los miles (algunos dicen que cientos de miles) de supuestos funcionarios públicos que han sido nombrados a dedo por los distintos gobiernos de las ultimas décadas y que jamás acudieron a su puesto de trabajo, aunque sí a cobrar su salario. Milei se quedó sin voz durante la campaña anunciando que acabaría con ellos, también que los tiempos iban a ser difíciles porque no había «plata». Me cuentan que las medidas están siendo drásticas e impopulares, y que en su visita a las dependencias de la Casa Rosada, es decir, a nuestra Moncloa, se paseó hasta las cocinas para saber quién era quién en aquella casa de empeños. Los medios de comunicación aseguran que ha cambiado, quizás porque ha retirado toda la inmensa publicidad estatal, donde se exaltaban los valores de la patria peronista. Ya no le llaman «loco». Ha bajado los ministerios a la mitad, devalúa el peso, sube la gasolina, firma finiquitos y prepara cartas de despido. Me recuerda a las amas de casa de las posguerras, empeñadas en que sus hijos no estuvieran desnutridos. Los desmanes económicos de los gobiernos sobreviven a los políticos y espero que a este peculiar aparecido no se le ocurra nombrar a 800 asesores para su compleja misión y nos diga cuántos ñoquis había en su plato.
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