Mal signo para el Mirandés y peores sensaciones
Un equipo rojillo muy flojo, superado por un rival que hizo lo justo para adjudicarse su primer triunfo de la temporada, encaja la tercera derrota consecutiva como local
Ángel Garraza
Viernes, 26 de septiembre 2025, 22:33
Derrota y, lo que es peor, malas sensaciones. Un conjunto rojillo muy pobre se ha convertido en la víctima perfecta para todos los que visitan ... su casa alquilada. Equipo que viene sabe que tiene garantizados los tres puntos, como el Zaragoza anoche, que consiguió su primer triunfo del curso. Todos los visitantes juegan muy cómodos y el Mirandés exhibe un nivel muy pobre.
Hasta el minuto 78 no remató entre los tres palos: un testarazo y después, un envío de Bauza que se topó con el larguero. Acciones esporádicas en el tramo final, que no sirvieron para cambiar un signo que se ha convertido habitual en Mendizorroza.
Mirandés
Nikic, Hugo Novoa, Juan, Postigo (Marí, m.71), Pica (Iker Córdoba, m. 66), Medrano (Pablo Pérez, m. 46); Marino, Bauza, Pablo López (Varela, m. 82); Carlos (El Jerabi, m. 66) y Petit.
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Zaragoza
Andrada; Francho, Saidu (Keidi Bare, m. 82), Insua, Tachi, Pomares; Cuenca (Paulino, m. 52), Paul, Guti, Moyano (Tasende, m. 82) y Dani Gómez (Bazdar, m. 82).
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Goles: 0-1,m. 27: Moyano.
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Árbitro: Manuel Jesús Orellana amonestó a los rojillos (Bauza, m. 25) y Pablo Pérez (m. 83), Varela (m. 90) y a los visitantes Saidu (m. 7), Guti (m. 66), Pomares (m. 90+2) y Andrada (m. 90+3).
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Incidencias: 3.352 espectadores; 400, zaragocistas.
Justo introdujo una pequeña revolución con respecto a la alineación anterior al dar entrada a Postigo en el eje de la zaga, así como a Pica, en la medular contó desde el inicio con Marino y en punta por primera vez jugaron Petit y Carlos Fernández desde el comienzo. Hugo Novoa, finalmente, fue de la partida a pesar de ser duda durante la semana. Lucía una muslera en la pierna izquierda.
El duelo empezó con un ritmo muy bajo. Demasiado pausado y lento. Había más preocupación por no perder el cuero en zonas comprometidas. En el primer cuarto de hora sólo hubo un acercamiento, que corrió a cargo de los visitantes. El balón se paseó por el área pequeña sin que nadie lo rematara.
El partido era sosote, sólo salpicado por las protestas de la afición rojilla en contra de las decisiones del sevillano Manuel Orellana, que no medía con el mismo rasero las faltas de uno y otro equipo. La segunda aproximación digna de destacar también correspondió al cuadro maño. Cuenca, en una buena posición, remató fuera con la cabeza.
El Zaragoza iba creciendo. Con las ideas más claras que el Mirandés cuando se acercaba a los dominios de Nikic. Saidu lo probó de lejos. En los rojillos era Pablo López, escorado en el perfil diestro de la medular, el único que aportaba chispa y frescura.
El bloque visitante estaba siendo mejor ante un conjunto jabato muy plano, con escasas ideas en ataque cuando tenía la pelota y un centro del campo superado en todo momento por un contrario que se adelantó en el minuto 27. Sebas Moyano se aprovechó de un despeje flojo para batir sin remisión a Nikic desde dentro del área.
El meta mirandesista abortó, en el 31, otra clara ocasión de Cuenca al rechazar a córner ante un equipo local que hacía aguas por todas las partes. Estaba resucitando a un adversario que llegaba en una situación límite a pesar de que era la séptima jornada liguera y con su técnico Gabi en entredicho al no haber ganado todavía un solo encuentro.
Ni un solo tiro entre los tres palos, ni una sola oportunidad reseñable. Nada. Las sensaciones que transmitía el equipo de Justo eran muy pobres. Hasta el 40, mediante un chut de Marino, que terminó en saque de esquina, no inquietó, (de forma muy tenue) a Andrada, el portero foráneo que vivió muy tranquilo los primeros 45 minutos.
El debut de Pablo Pérez en el carril zurdo en detrimento de Medrano fue el cambio que se produjo a la vuelta de vestuarios. Lo mejor de todo, con ser malo, es que al menos el Mirandés estaba en el partido pese a su pésima primera mitad.
Los jugadores se mostraron muy desacertados como cuando el exrojillo Tachi se resbaló al principio de la segunda parte cuando intentaba sacar el balón, pero Petit, lento y sin tener muy claro lo que hacer, y cómo definir remató al muñeco. Le queda mucho trabajo por delante todavía al '9' cedido por el Betis.
El recién incorporado puso un buen centro, otra de las facetas del juego que se echan en falta, pero sin consecuencias. Había que limitarse a saborear algún saque de esquina y que Juan pusiera un balón desde la banda 'marca de la casa' porque no había más para hacerse ilusiones.
Pablo Pérez daba más profundidad por el costado zurdo, enviaba balones al área, pero sin recompensa. El Jerabi reemplazó a Carlos e Iker Córdoba a Pica y acto seguido, Postigo se rompió, lo que provocó la salida de Marí, otro futbolista que se estrenaba como mirandesista.
4-4-2 fue el esquema de los locales a partir de entonces, con el debutante y Petit en punta y sólo dos centrales: Juan Gutiérrez e Iker Córdoba. Poco o nada varió. Hasta el minuto 78 no se contabilizó el primer remate entre los tres palos, mediante un cabezazo de Marí. Un minuto después, Bauza mandó la pelota al larguero tras un córner. Algo mejoró el conjunto en el segundo tiempo, pero más por corazón que por ideas.
Un bagaje escaso ante un Zaragoza que tampoco demostró nada del otro mundo, pero que le bastó para estar ordenado y llevarse otros tres puntos que vuelan de 'casa'.
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