No llega la victoria ni con un jugador más

Si bien es cierto que el punto, aunque llegó en esas circunstancias, hay que considerarlo más que justo si se tira de objetividad. De hecho, los del Principado gozaron de 4, 5 ocasiones muy claras en boca de gol en las que no atinaron en los 97 minutos anteriores. Habían merecido con creces algún gol. Y por si eso no fuera suficiente, Ais Reig decretó 9 minutos de prolongación. Un mundo actualmente para el Mirandés. Dio la sensación de que no había que añadir tanto.

Un duelo que comenzó con las novedades de Herrero en portería, Santos en el lateral diestro, Navas en el centro de la defensa y Marcos Paulo en el extremo izquierdo. Por parte del Andorra, cuatro hombres atrás e Iván Gil y Marc Fernández en punta. Lo más próximo a un 4-4-2.

Como se preveía, el visitante arrancó con más posesión, que fue menguando conforme avanzaban los minutos. Llegaba con más peligro. Como cuando Germán Valera se fue por velocidad de Santos; llegó ante Herrero y no supo resolver: tiró cruzado. O como cuando Marc Fernández no acertó desde el área pequeña en una acción en la que la defensa mostró poca contundencia.

El Mirandés, salvo a través de centros sin consecuencias, no se aproximaba con intención. No obstante, tiró de efectividad porque fue el que marcó en el primer tiempo. Un centro de Raúl Navas fue aprovechado por Raúl García, quien libre de marca, en un fallo de la zaga, cabeceó a la red. Es el único que sabe marcar gol en el cuadro jabato.

Tampoco es que los de Etxeberria generasen mucho peligro porque dos jugadas que parecieron claras para resolver habían quedado invalidadas por fuera de juego. Sin embargo, los de casa fueron de menos a más durante estos 45 minutos. A medida que avanzaban los minutos lo controlaban mejor. Tal es así que a diferencia de otras tardes, suya fue la mejor jugada antes del descanso. El centro de Roberto López fue cabeceado en el segundo palo por Juanlu. Lizoain impidió el segundo tanto. Acabó mejor que su rival, al contrario de los primeros partidos, cuando encajó goles en los instantes finales.

Pero todo esto fue un espejismo porque en la segunda mitad sucedió al revés. En los segundos tiempos baja el equipo y ayer, no fue una excepción, incluso con un hombre más. Se inició con un cabezazo de Roberto López, sin aparente peligro, pero el balón pegó en el larguero.

Ya en la siguiente jugada, un ataque del Andorra terminó con un centro desde la banda derecha y posterior tiro de Marc que no encontró el destino que deseaba a pesar de tenerlo todo a su favor en el área pequeña. Una ocasión muy clara. Los del Principado habían errado tres oportunidades muy nítidas para marcar. Llegaban con mucho peligro.

Se cumplía la hora de choque y había que refrescar el equipo. En una tórrida tarde como la de ayer, la palabra adquirió todo su significado. Javi Serrano se sumó por Roberto López (Beñat adelantó su posición unos metros) y en las filas foráneas Sarabia introdujo tres variaciones.

El cuadro tricolor buscaba el gol con ahínco. Alti y Héctor lo tuvieron cerca con sendos disparos. Carecían de efectividad. Pinchi y Jofre saltaron al césped por aparte rojilla para refrescar los costados. Javi Serrano lo intentó desde fuera del área, pero Lizoain abortó el gol con una mano salvadora para su equipo.

El Andorra intensificó su dominio. Llegaban, y mucho, por el flanco izquierdo, el derecho del Mirandés. Santos sufría por ese costado. En su lugar, entró Raúl Parra y Mráz dio minutos de refresco a Raúl García.

Los de Sarabia querían la igualada. El colegiado Ais Reig fue a repasar en el VAR una acción de Dani Morer. Le quitó la tarjeta amarilla y le mostró la roja por un codazo a Pinchi. Era el 80. Pero faltaba en el 98 una desafortunada salida del meta Herrero, el balón fue a los pies de Bakis para enmudecer Anduva.