«Nos ponemos más nerviosos tocando en casa para pocos cientos que fuera para miles»

-Tres años más tarde, volvemos a charlar...

-La última vez fue en 2020, en la Fábrica de Tornillos. Fue un híbrido rarísimo, con la gente sentada. Menos mal que ya pasaron esos tiempos (risas), que se hicieron muy largos.

-Ahora toca volver a Miranda, pero con el Ebro.

-Hace bastantes años que no tocamos en el Ebrovisión y guardamos un recuerdo buenísimo. Es el tipo de festival que me gusta mucho, no es demasiado grande, no está masificado, pero tampoco es pequeñito. Tiene un tamaño perfecto y está muy bien llevado por Ramiro y los suyos, da gusto volver a trabajar con gente así.

-Esta vez es al aire libre, ¿se nota a la hora de actuar?

-He de decirte que yo prefiero los espacios cerrados, las salas, más concretamente, sobretodo por el sonido. Pero todo tiene sus pros y contras. El Ebro se hacía en un pabellón, no en una sala. El tiempo puede jugar un factor importante, si hace bueno se estará mejor al aire libre, y al contrario. Hemos hablado con la organización y están muy ilusionados con este formato, así que nos apetece probarlo porque puede ser un nivel más para el festi.

-En 2020 vinieron a presentar 'Plastic Drama', ahora han presentado tres singles de lo que será su nuevo trabajo, 'Sigo regando'.

-Hemos sacado tres adelantos y no te voy a mentir, para Belako es un marrón hacer la set list del concierto (risas). Somos cuatro y cada uno barre para lo suyo, son cinco discos y dos EPs y los conciertos duran lo que duran, entre cuarenta y cinco minutos en algunos Festivales a una hora y media. Tocaremos los singles nuevos y, seguramente, alguna canción nueva del disco que no haya salido. Estamos en ese punto previo a la publicación del disco, que llegara en septiembre, en el que nos gusta probar cosas y jugar, ver si funcionan con la gente. Además, también habrá un poquito de los cuatro discos anteriores, nos lo pasaremos bien.

-¿Puede adelantar algo del quinto disco, alguna novedad?

-Para la persona que nos siga, decir que es un poco una mezcla entre los dos anteriores trabajos. El sonido se parece al de 'Plastic Drama', ya que también se ha grabado en cinta, tiene su toque orgánico; pero la estructura del disco es más parecida al anterior. Son muchas canciones, trece temas, y hay bastante piano en este disco. Pero siempre manteniendo ese sonido crudo y, sobretodo, es muy ecléctico, que ya es marca de Belako. Todas las canciones son muy diferentes.

-Hay grupos consagrados que están apostando por presentar en directo las nuevas canciones antes de sacar el disco, para medir la atención y la respuesta del público...

-Hay que tener en cuenta que nosotros tenemos listo el disco desde marzo, ya masterizado. Saldrá ahora en septiembre, pero lo grabamos en diciembre del año pasado. Si al tiempo que te tiras esperando para que salga le sumas el hecho de que las canciones anteriores ya nos cansan un poco y quieres cantar cosas nuevas, es normal que los grupos hagan este tipo de cosas. Primero, porque es importante prepararlas y tocarlas, y segundo para medir cómo funcionan con el público. A veces puedes pensar que una canción va a petar, que la gente va a saltar con ella y se va a volver loca, y acaba siendo al revés. Triunfa la que creías que pasaría más desapercibida en directo. A nosotros nos gusta darles una vuelta para los conciertos, cambiar un par de cosas y jugar con ellas. Practicamos un poco con ellas antes de que salgan en el disco y las conozcan todos, y así también premiamos a los seguidores que nos siguen. En el Ebrovisión soltaremos alguna que otra canción inédita que seguro disfrutan mucho los que sean seguidores de verdad.

-Han participado en festivales con carteles de infarto, en varias partes del mundo, y siempre han declarado que se ponen más nerviosos cuanto más cerca de casa tocan, ¿que base científica tiene esta sensación?

-Esto es así (risas). Sobretodo nos pasa más cerca de Euskadi. Yo recuerdo el contraste de haber tocado en Tolosa o en Donosti, ya que soy el guipuzcoano del grupo, y haberlo hecho en otros países con miles de personas, y me pongo mucho más nervioso en los primeros. También cuando actuamos en Munguía pasa, la semana pasada estuvimos en la Semana Grande de Bilbao con muchísima gente y la presión era mucho mayor. Nos vienen a ver amistades, familia, y eso nos sigue matando después de 12 años de carretera. Recuerdo el contraste de tocar en mi pueblo para unos cientos de personas, cayéndome de los nervios, y hacer lo mismo unos días después en el Auditorio Nacional de Méjico y en el Vive Latino, para miles, y estar mucho más tranquilo

-Hoy es como tocar en casa.

-Así es, esperemos que todo vaya bien. No tiene ninguna explicación, no es tanto la cantidad de gente como quiénes son los que vienen a verte. Creo que hemos pecado también de tocar mucho en el extranjero, se habla mucho de eso y la gente nuestra está viendo cómo nos va fuera. No puede ser que tocando para nuestra gente, no lo hagamos igual de bien (risas). Siempre hay que tener un poco de nervios, pero tenemos que mejorar en casa.