Ingenia redactará el proyecto final del elevador a la Atalaya por 80.900 euros

Lo hará, detalla la Plataforma de Contratación del Sector Público, al ser «el único licitador y presentar correcta la documentación», y después de atender el requerimiento realizado durante el periodo de evaluación de su oferta, al advertir el arquitecto del Consistorio jarrero que su propuesta económica parecía «anormalmente baja», pero haciendo constar en última instancia que se había llevado a cabo el estudio «con detalle» de toda la documentación presentada, «entendiendo que la empresa está plenamente capacitada para atender con garantías el presente contrato, concluyendo proponer al órgano de contratación la admisión de la oferta económica presentada por dicha empresa».

Ciertamente, la rebaja introducida por el gabinete de ingeniería con base en la localidad vizcaína de Lejona supondrá un notable ahorro a las arcas del Concejo riojalteño porque reduce de 120.900 a 80.900, en números redondos, el tipo de licitación marcado en el concurso público que convocó la Administración local. Alrededor de 40.000 euros menos, más de un 33%.

La mesa de contratación dio por bueno el informe emitido por el técnico municipal, admitió la oferta realizada por Ingenia y dio por cerrada su labor, elevando la propuesta de adjudicación de dicho contrato a los órganos ejecutivos de la Corporación, requiriendo en todo caso la presentación, por parte del adjudicatario, de «una garantía complementaria al tratarse de un caso especial, dado que la oferta del licitador resulta inicialmente incursa en presunción de anormalidad al considerarse oferta anormalmente baja, conforme establece el artículo 107, punto 2, de la Ley de Contratos del Sector Público, ascendiendo, por tanto, la cantidad total de garantía en un 10% del precio ofertado, excluido el lmpuesto sobre el Valor Añadido (IVA)».

Tal y como desveló este medio a mediados del mes de septiembre, el proyecto constituye el paso previo para la creación de una conexión peatonal entre el Barrio de la Estación y el Casco Antiguo de la ciudad, dentro del cual se plantea además la construcción de una pasarela que permita vadear el cauce de río Tirón, dentro del término de La Isla.

Más concretamente desde el aparcamiento situado junto al campo de hierba artificial de El Ferial, punto de partida del elevador que ascendería en diagonal y hacia la izquierda por la ladera de La Atalaya para entroncar con la Calle del Pilar Bajo, donde se habilitaría una estación intermedia, y llegar a través de la Calle San Felices hasta la Calle Navarra, a la altura del Museo del Torreón, para asomarse finalmente a la Plaza de la Paz.

La estación superior, la proyectada en la Calle Berones, supondría superar una cota de 42 metros de altura con un recorrido superior a los 89 metros lineales, manteniendo una pendiente próxima al 28,5%, de optarse por la ejecución de la más favorable de las alternativas que fueron planteadas por los redactores del anteproyecto previo, que se decantaban por la instalación de un ascensor inclinado después de haber barajado dos opciones más, una cinta mecánica y un teleférico.

En principio se plantea disponer de una cabina con capacidad para veinte personas, con un peso máximo de 1.600 kilogramos que se vería compensado con un contrapeso de 2.700 para facilitar el desplazamiento del módulo sobre los raíles de la vía, de 1,2 metros de ancho.

Así era como se definía, en principio, la propuesta que trasladó el estudio para dar continuidad al proyecto de la pasarela, redactado en 2010 por Arenas&Asociados.

La del ascensor inclinado se considera «la solución idónea» porque conllevaría movimientos de tierra muy reducidos.