Gabi Montes
El trío de Hortaleza vuelve a actuar en el Polideportivo (1.35 horas) para cerrar por todo lo alto la jornada grande del festival mirandés
Toni Caballero
Sábado, 6 de septiembre 2025, 01:01
La historia de tres amigos criados en la calle Liberación del distrito madrileño de Hortaleza, la misma que dio nombre al primer trabajo del grupo, ... no podría tener un broche mejor. El amor por la música, el sacrificio de querer dedicarte profesionalmente a ello, cortar tickets, quemar carretera sin apenas recompensa e incluso perder la comunicación con las otras aristas del colectivo. «Tragar mucha mierda», coloquialmente hablando, antes de presenciar cómo cientos de millares de personas se alistan en tu ejercito rayado y que, justamente, lo consigas al volver a crear mirando hacia dentro.
Sexy Zebras lleva seis discos a las espaldas en casi tres lustros de carrera musical, vuelven hoy al Escenario Ebrovisión (1.35 horas) como cabeza de cartel del día grande del festival y prometen un concierto, como mínimo, tan disfrutable como el de 2023.
–Antes de nada, ¿cómo estamos?
–Fenomenalmente bien.
–Os vimos en el Ebrovisión 2023, estrenando el recinto del Polideportivo y cerrando en el escenario principal con un concierto histórico, ¿se puede superar hoy aquello?
–Pues tío, conformémonos con igualarlo (risas), yo que sé, no pongamos las expectativas por los cielos tampoco. Ahora en serio, he de confesar que estamos tocando mejor que hace dos años, la banda está más engrasada, llevamos un montón de conciertos este año y hay bastantes canciones de las nuevas que han entrado muy bien al repertorio, como si fuesen de las de toda la vida. Estamos a final de verano, con cincuenta bolos a las espaldas, y la banda está en un momento de forma muy bueno.
–El Ebro y su gente también ayudarán hoy...
–Es un festival superguay. Es uno de nuestros favoritos del verano, ya hace dos años le cogimos mucho cariño. Es la 25 edición, el verano se está acabando y vamos a intentar exprimirlo haciendo uno de los mejores bolos. Mi expectativa está en conseguir lo que venimos haciendo, que la gente se lo pase de lujo. No hay cosa más guapa que ver disfrutar al público cuando te dedicas a compartir canciones con la gente, ahí está lo bonito de lo que estamos consiguiendo este año.
–En los últimos dos años, el crecimiento de la banda ha sido exponencial a nivel se seguimiento, repercusión y otras muchas cosas.
–Lo sentimos igual. Nosotros sacamos el primer disco hace doce años. Somos una banda que ha zampado mierda como la que más, de la parte de la profesión que ha peleado mucho por vender 150 entradas en una sala y no entraba en los festivales. No somos los míticos que han pegado una buena hostia, un boom, y de repente crecen y se disparan y se alimentan muy rápido. Valoramos mucho lo que nos ha pasado en estos dos últimos años porque ha sido muy heavy y más llevando un recorrido tan largo a la espalda. Estamos surfeando la ola, disfrutándolo un montón, y sorprendidos de poder haber pasado a hacer una Riviera o un Movistar Arena en pocos años. Es que no nos tocaba a nosotros ese (risas) con varios discos ya en el mercado, pero si la gente viene a vernos será porque tenemos algo que decir.
–Volviendo al principio, Sexy Zebras nace en 2011, ¿cómo se formó la banda?
–Somos colegas de toda la vida. Éramos vecinos de la misma calle, vivíamos en el 27 y en el 28. Éramos músicos clásicos, yo tocaba el violonchelo y José, la flauta. Acabamos hartos de la formación clásica y descubrimos a Kurt Cobain y sus colegas y vimos que se podía tocar música mientras te cagabas en Dios y estaba muy guapo (risas). Cambió nuestra forma de ver la música. Hemos tenido todos los periodos de una banda, pero seguimos manteniendo un código de amistad guapísimo que nos permite salir a girar juntos con la misma alegría que hace unos años. Estamos contentos por eso, frescos y felices.
–¿Qué diferencia a 'Bravo', su último trabajo, de los anteriores?
–En este álbum hemos grabado en directo los tres a la vez en la pecera. Hemos dado por correctas nuestras propias imperfecciones intentando tocar como se grababa en los 90. Viendo la transpiración de la banda y sin buscar la perfección sonora. En la imperfección está la frescura, la inmediatez y la poca pretensión.
–El bombazo del grupo se basará en muchos intangibles, pero algo habrá cambiado en el interior del grupo...
–Nos tiramos mucho tiempo escribiendo desde nosotros hacia fuera, cagándonos en todo y pensando que no estábamos llegando bien. De pronto, hemos comenzado a hacerlo hacia nosotros mismos, dándonos cuenta de que podemos encontrar las cosas que nos hacían infelices para convertirlas en algo bello, en canciones o en frases. Ha cambiado la dinámica de la banda, se nos percibe como algo más natural y nosotros somos más honestos con nuestros sentimientos. Tu pregunta es muy acertada porque casi todo radica en lo que nosotros mismos podemos hacer o cambiar.
–Ebrovisión también ha tenido que remar mucho y cuida a su público al máximo, hay paralelismos con la banda...
–El Ebrovisión es un señor festival. Es muy importante que haya una persona humana al frente, alguien que ponga un criterio musical y convenza a otra gente sobre qué grupos traer. Mantener la esencia por encima de intereses económicos de patrocinadores, empresas o de bandas que podrían llegar impuestas, ese es un valor que tiene Ebrovisión. Es una firma y tiene mucho valor, más hoy en día. Es normal que quieran crecer, pero más aún que mantengan el equilibrio con un tamaño manejable. Hay criterio musical y un crecimiento medido para ser un festi maravilloso.
–¿Algún mensaje para los ebrovisivos que vayan hoy al show?
–Sé que habrá muchas pelucas rosas, ropa interior de cebra y cebras hinchables. Sólo pedir que, para acabar el bolo, le tiren todo eso a José y no a mi(risas).
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