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Los establecimientos turísticos de Nepal agonizan a la espera de la vuelta a la normalidad
La prohibición de la entrada a los extranjeros ha herido de muerte a una región como la del Manaslu, que vive de los 20.000 visitantes que recibe cada año. La expedición de Alex Txikon alcanza los 2.600 metros en otra jornada de excelente meteorología y paisajes salvajes
Tenji Dorje Sherpa regenta con su familia el logde Thakli de Ramgung, el establecimiento en el que este sábado descansa la expedición de Alex Txikon al Manaslu a 2.600 metros de altitud. Sus catorce integrantes son los primeros visitantes que recibe en casi un año. De hecho, lo ha abierto expresamente para ellos, ya que decidió cerrarlo tras la primavera ante la ausencia de clientes. «Esto es un desastre. Ya no sabemos lo que hacer. Y lo peor es que no sabemos lo que durará todavía. En otoño nos dijeron que iban a levantar las restricciones, pero al final nada».
Su familia ha tenido que recurrir a la huerta y los animales domésticos para subsistir. «No sé lo que vamos a hacer como esto dure mucho más…», lamenta. Y el logde de Tenji Dorje es solo un ejemplo de lo que sucede en todo el país, especialmente en toda la región del Himalaya, donde la principal fuente de ingresos desde hace muchos años son las expediciones a las grandes montañas y los turistas que van a realizar alguno de sus trekkings comerciales: los del Annapurna y el Manaslu y el del campo base del Everest.
Como ejemplo, solo al Manaslu acuden cada año cerca de quinientos alpinistas enmarcados en una veintena de expediciones que mueven más de mil personas entre sherpas, guías, cocineros, ayudantes… A ello hay que añadir el porteo de todo el material de esos grupos, que da trabajo a varios centenares más de personas. Y, por supuesto, el trabajo que supone para los lodges y restos de establecimientos desperdigados a lo largo de los recorridos.
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De hecho, los habitantes de los pequeños pueblos por los que está pasando el grupo de Alex Txikon salen a recibirlos como si estuvieran viendo marcianos. Lo más atrevidos preguntan «¿turist or expedition?». Y cuando la respuesta es «expedición» y además al Manaslu, su cara de incredulidad es digna de ver.
El grupo ha quemado este sábado la tercera etapa camino de la 'Montaña de los espíritus', su traducción del sánscrito. Han sido casi 20 kilómetros entre Bihi y Ramgung, en otra jornada de tiempo más propio de la primavera, para ganar otros 600 metros de desnivel en el lento pero necesario proceso de aclimatación. De nuevo su eje conductor ha sido el río Budhi Gandaki, que según lo remonta va mostrando su cara más salvaje, con rápidos, cascadas, saltos…
El recorrido ha discurrido junto al río y por un frondoso bosque en el que los monos han compartido esta vez protagonismo con imponentes secuoyas de más de cincuenta metros de altura y troncos por encima de los cinco metros de diámetro. Pero hoy también ha sido la despedida del Budhi Gandaki. Desde este domingo quedará en el fondo del valle, centenares de metros por debajo del recorrido que los expedicionarios afrontarán hacia Samagaon, última parada antes del campo base. La jornada se avecina dura. Otros 18 kilómetros para salvar un desnivel de 800 metros entrando además en la barrera de los tres mil metros, donde la altitud empieza a dejarse notar en el cuerpo humano.