En busca de caminos reales

Este sendero une los valles de Lea y Artibai, los dos ríos que dan nombre a la comarca. Parte del mismo núcleo urbano de Markina (el panel informativo del sendero se encuentra frente a la cafetería Kai, en la plaza Frai Bartolomé) y une los barrios de Zeinka y Ziarregi de Markina-Xemein con los de Gerrika y Totorika, de Munitibar.

Antiguamente, era la vía de comunicación entre Xemein, Markina y la Colegiata de Ziortza (Zenarruza) y, según la tradición, era el Camino Real a su paso por la comarca. Conviene aclarar que el sendero como tal es lineal y discurre solo entre Markina y Munitibar. El retorno por el Camino de Santiago se lo hemos añadido para hacerlo circular y facilitar su logística, ya que las comunicaciones con transporte público entre ambas localidades son muy malas. La otra opción es utilizar dos vehículos. Eso sí, este recorrido de vuelta implica que la excursión pasa de los 12,5 kilómetros del sendero PR a los 23,5 del que aquí presentamos.

Desde la plaza Frai Bartolomé nos dirigimos hacia la carretera BI-633. Un camino discurre paralelo a ella antes de cruzarla por un paso subterráneo. Dejamos atrás unos pabellones industriales y por fin aparece la senda junto al río Artibai, que lo cruza un par de veces y pasa junto a la ermita de Erdotza. El sendero, que coincide en este tramo con el Camino de Santiago, gana en belleza hasta un cruce donde nos separamos de él. Mientras los peregrinos siguen junto al río nosotros remontamos hacia Ikaztegigoikoa.

Afrontamos el principal desnivel de la jornada, que nos lleva hasta las alturas del macizo del Motrollu antes de descender al barrio de Zeinka y llanear entre caseríos, huertas y prados hasta Gerrika. El siguiente objetivo es Totorika, donde se puede visitar la cercana ermita de San Juan Bautista, antes de descender ya al núcleo principal de Munitibar, cuyo municipio los forman también la anteiglesia de Arbatzegi y la vecina villa de Gerrikaitz.

Completado aquí el sendero balizado, retornamos a Markina por el Camino de Santiago, que discurre por la vertiente contraria de los valles que hemos surcado en dirección a Munitibar. Cruzamos Gerrikaitz y en el último caserío remontamos por una estructura de madera hasta Uriona. Un tramo más de asfalto da paso a un agradable sendero por bosque que nos dirige directamente al Monasterio de Zenarruza y su conjunto monumental.

Descendemos a Ziortza-Bolibar para enfilar ya hacia Markina entre prados. En Izurubieta confluimos con el sendero a la vera del Artibai, que ya no dejaremos hasta alcanzar nuestro destino.

Esta ruta de carácter eminentemente familiar (discurre prácticamente en su integridad por pistas y caminos asfaltados) une los municipios de Ermua y Mallabia por viejos senderos para descubrirnos algunos de sus barrios y su patrimonio religioso, en forma de ermitas, y arquitectónico, con caseríos de imponente porte. El paseo comienza en el aparcamiento de Okin-zuri, casi en la salida de Ermua en dirección a Mallabia. Comenzamos a andar en direccion al barrio de Goitondo (Mallabia), dejamos atrás el cruce con la carretera que baja de Berano (por la que retornaremos luego) y seguimos hacia Goitondo por el camino que discurre entre la carretera y el río, atravesándolo por puentes de madera en varias ocasiones. En el último tramo recorremos el antiguo Camino Real.

La caminata, paralela a la ribera del río, bajo la sombra de los arces y entre espesa vegetación, confluye en un punto con el camino que desciende desde el barrio de Ongarai, que durante siglos fue la salida natural desde Ermua hacia Markina. En un principio fue camino de herradura, pero a partir del siglo XVIII se convirtió en Camino Real. Por él se transportaban los restos mortales de los ciudadanos más influyentes, para ser enterrados en la Colegiata de Zenarruza.

Al poco llegamos a la carretera de Trabakua y continuamos en esta dirección. Pasada una gasolinera, ya en el restaurante Hambre, tomamos la carretera comarcal que sube a la derecha hasta los caseríos Mardui e Ibarra. Frente a este, el recorrido original del PR remonta por un camino cementado que al poco se convierte en un sendero que sube hasta la ermita de San Antonio, donde recupera el asfalto, pero la falta de uso lo ha cerrado y está impracticable, así que hay que seguir por la carretera entre los caseríos de Berano Nagusia, dando un rodeo de algo más de un kilómetro que nos acaba por situar de nuevo ante la ermita.

Siguiendo el asfalto, pasaremos por los caseríos Urizar (con escudo familiar), Etxebarri y Artixe. Frente a este, tomamos la pista de cemento que baja a la derecha hasta cruzar la regata de Okin. Al Ilegar a la otra ladera enfilamos hacia el barrio de Berano Txiki para iniciar el descenso hacia Ermua. Antes, sin embargo, no podemos dejar de visitar la cercana y modesta ermita de San Jurki.

De vuelta a la carretera nos espera un largo descenso que alegramos con un pequeño tramo de sendero junto al río antes de llegar al área recreativa de Errekalde, pasar por la fuente de Droget y la cantera de Urko-Alde y retornar al aparcamiento de Okin-zuri.